La Virgen María y la Epifanía del Señor

Camilo Valverde Mudarra 

 

(Is 60,1-6; Sal 71, 2.7-8.10-13; Ef 3,2-3.5-6; Mt 2,1-12)



Camilo VALVERDE MUDARRA



La Virgen María, con humildad y obediencia se proclamó la esclava de Dios y al dar su “fiat” al Señor en cumplimiento de la voluntad del Padre, trajo al mundo a Jesús, la luz de las naciones 

Dios es la luz del mundo, el Padre de toda luz, que ilumina el caminar de todos los seres humanos. Precisamente, el hombre que vive hoy envuelto en tantas obscuridades, tiene marcada la forma de salir del túnel: levántate, resplandece, porque llega tu luz y la gloria de Yavé despunta sobre tí (Is 60,1). Vamos entre tropiezos y caídas, cuando la luz de Dios, la fe, la esperanza y la caridad, no alumbra nuestros pasos.

En el fragor diario de nuestra vida, atrapados por las tinieblas del egoísmo y las miserias del placer y del dinero, debemos descubrir, con los Magos, la estrella de Jesucristo: Hemos visto su estrella en Oriente y venimos a adorarlo (Mt 2,2). 

Hay que acercarse a luz del Evangelio, y dejarse llenar de su luz en la fe, porque Cristo es la luz: Yo soy la luz y he venido al mundo para que quien crea en mí no permanezca en las tinieblas (Jn 12,46).