María, Esperanza y regalo de Dios

Santuario de Angosto, PP Pasionistas, Vilanañe, Alava 

 

En estos meses, entre el verano y el inicio del nuevo curso pastoral y escolar, los creyentes vamos a celebrar dos auténticos acontecimientos
Marianos. Por un lado, la ASUNCIÓN de María a los cielos; por otro, la NATIVIDAD de la Madre. Esto es, la fiesta de la ESPERANZA (esto es la Asunción), y además el REGALO de su nacimiento, con la
consiguiente fiesta de Angosto, a primeros de septiembre.

Despertar nuestro corazón y nuestra fe para vivir estos acontecimientos marianos, es el objetivo que nos proponemos -en esta ocasión y por medio de esta reflexión- en todos los Amigos de Angosto y
amantes de la Madre. Y lo hacemos convencidos de que merece la pena.
Vamos allá.

La Asunción de María es una inmensa y profunda llamada a la ESPERANZA. O si se prefiere, es un GRITO a favor de la VIDA. Por eso... ¡en cuántos lugares de nuestra tierra y geografía serán días de fiesta! ¡
Cuántas parroquias o Centros de culto bajo la advocación de nuestra Señora de la Asunción! ¡Es un hecho innegable!

Nos encontramos, sin duda alguna, ante una hermosa intuición del corazón creyente: algo grande, profundo, algo que no termina de abarcar,
es lo que queremos celebrar en este día y esta fiesta. Posiblemente, es más lo que intuye y barrunta que lo que "sabe", pero lo celebra de forma llamativa, emotiva y generalizada. He aquí la LLAMADA.

Y es que a pesar de tantas preguntas e interrogantes como la vida nos plantea constantemente, el creyente intuye que en la Asunción se nos brinda un anticipo, en forma de Esperanza, y que nos abre a los deseos
más profundos de vida y de felicidad. De hecho, al proclamar la ASUNCIÓN de MARÍA, lo que estamos expresando es que el hombre no queda reducido al sepulcro. La Asunción es el grito gozoso, como un
eco de aquel anuncio vital por excelencia: CRISTO HA RESUCITADO. Y con este grito, la confirmación de que hay un futuro para todos, que ya se ha cumplido en Cristo y por Él -de un modo especial
y seguro- en su Madre.

Por esto, es un grito de Esperanza, es una llamada a guardar, a vivir su palabra y acomodar nuestra vida, como Ella, a la promesa y participar así de ese futuro de vida y plenitud.

Y porque creemos en profundidad lo anterior, a los pocos días, nos empeñamos en celebrar la NATIVIDAD de la MADRE, como un inmenso y maravilloso REGALO de Dios para todos nosotros. Inmensa gratuidad que parte de Dios mismo, que llevará a cabo toda su obra de salvación y, en esta tarea, María, la Madre, es parte muy significativa. Y esto desde su nacimiento. Por eso, lo celebramos.

El nacimiento de María, su "cumpleaños", es para todos nosotros unaocasión especial para decir bien alto "ZORIONAK, Amatxo", y como el mejor de los piropos "eres un hermoso REGALO de Dios" para todos nosotros. Por todo ello, ESKERRIK ASKO, bihotzez! Gracias de corazón.

Que lo vivamos y disfrutemos como hijos que se alegran especialmente de cuanto le ocurre a nuestra Madre, porque Ella se merece lo mejor.
ZORIONAK!