Santa María, Madre de la Pasión

Santuario de Angosto, PP Pasionistas, Vilanañe, Alava, España

 

Para un grupo de creyentes y seguidores de Jesús, es una posibilidad inmensa tener
delante esas figuras que nos indican y "marcan" el camino, que ellos y ellas vivieron,
y que también para nosotros, pueden servirnos de ayuda en nuestro itinerario, en nuestro
intento de responder significativamente a nuestro SER y nuestra nueva
CONDICIÓN de hombres y mujeres regenerados y con todas las posibilidades
intactas.

En este tiempo tan especial para los creyentes, la figura de MARÍA es un camino
digno de tenerse en cuenta, por cuanto Ella vivió e, incluso, nos legó a los seguidores de
Jesús. Ella que se convirtió en la seguidora por excelencia y con todas las
consecuencias.

En esa búsqueda nuestra, hay algo que llama profundamente la atención: es el
silencio que se percibe en los distintos Evangelios acerca de la presencia y de la
vivencia de la Madre en esta etapa final del camino de Jesús. Sólo unas menciones
genéricas de que "un grupo de mujeres que le habían seguido desde Galilea" (Mt 27,
55; Mc 15, 40-41; Lc 23, 49) aparece en los Sinópticos, y eso a pesar del papel
primordial que juegan las mujeres en este momento crucial y tan profundamente
significativo de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.

Con todo, el evangelista Juan, con notas muy especiales, nos presenta a María al pie
de la cruz (Jn 19, 25-27) y, además, ejerciendo todo un papel sacerdotal en la ofrenda
de su Hijo, de su proyecto y de su entrega al Padre. El FIAT adquiere, en estos
momentos, toda su fuerza y dramatismo. ¡Qué gran escena! Sabemos que el "discípulo
amado" (personaje tan característico como profundo), nos ofrece este cuadro tan cargado
de una fuerza filial y, también, teológica, ya que la Madre aparece sólo al comienzo de su
evangelio (en las Bodas de Caná) y ahora en el momento culmen del Calvario, asumiendo
su nuevo "papel" y tarea: "Ahí tiene a tu hijo; ahí tienes a tu madre".

Pero esto no significa todo, porque el corazón creyente siempre ha sentido y
presentido la presencia de la Madre en todo el camino de la Pasión y Muerte de
Jesús. Cuadros familiares nos hablan de ello. Aunque sean "tradiciones" de nuestra
religiosidad cristiana; así también durante el juicio, o en el camino del Calvario se hace
notar su presencia y así lo ha expresado nuestra fe.

De ahí que me atreva a invitaros a descubrir esa PRESENCIA de la Madre en todo el
camino de la Cruz y de la Pasión. Seguro que Ella está ahí. Eso sí: como siempre con
esa discreción que impacta, porque Ella nos enseña que desde el silencio es más fácil
"hacerse" a los proyectos de Dios, y que tantas veces nos confunden.

Para ayudarnos en esta tarea y para este mes, os ofrezco este cántico conocido, de J. A.
Espinosa, donde junto al dolor y el sufrimiento que Ella vive ante los acontecimientos de
Jesús, ahora se añaden estas NUEVAS realidades de sus nuevos hijos que hacen más
terrible su "estar al pie de la Cruz". Y esta tarea sí que forma parte de su labor actual,
precisamente encomendado por su Hijo amado en la misma cumbre del Calvario.

SANTA MARÍA, Madre de la PASIÓN,
ruega por nosotros.

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