Tú presencia en mi vida Madre.

Padre Felipe Santos Campaña SDB


Texto:
“Mujer, eres tan grande y tanto vales, que quien desea una gracia y no recurre a ti, quiere que su deseo vuele sin alas”. (San Bernardo).

Comentario: María, esta mañana toda la creación me parece nueva. La estrella de tu presencia brilla en mi existencia con todo su fulgor. Tu valía personal, por ser madre Dios, me atrae y me fascina de tal modo, que todo lo miro bajo tus ojos de amable y tierna madre.

Tengo la experiencia personal deque cada vez que acudo a ti, siempre me ayudas y me consuelas en los baches por los que suele atravesar mi vida, no tan madura como debiera para mis años jóvenes.

Le suele ocurrir a mis colegas, a algunos al menos, que andan sin brújula por este mundo competitivo. Para mí, María, que lucho por mantenerme fiel, el hecho de acudir a ti de forma continuada. Y lo hago no sólo para pedirte auxilio, sino también y sobre todo para sentir el gozo de ir en tus alas. Noto que en tu corazón, vuelo por encima de la mediocridad. La veo desde tu alta perspectiva y, ante tu belleza, la considero como algo que anhelo que esté lejos de mi conciencia.

Sabes que me llamo Miguel. Y sé que mi nombre significa “¿quién como Dios?”. Mi experiencia en intimidad contigo es que marcho bien. Tu presencia en mi vida me está convirtiendo en alguien que se encuentra jubiloso a tu lado. Sé que sufro el ataque de mis enemigos e incluso de algunos amigos que “pasan de ti”. Me siento con ganas de vivir con la ilusión que transforma mi vida.

Junto a tu corazón de madre y amiga experimento que la cadena de luz que me une a ti y a los demás, no tiene sombras. Mi conducta es un pequeño sol que da luz a todo el que se me acerca.

Oración: Gracias, María Virgen, por llevarme en tus alas pues desde ellas tengo la suerte de contemplar el mundo tal y como es. A tu lado aprendo a vivir de tal forma que todo me parece una bella canción, en estos días, Madre, en que se respira tanto estrés y tanta separación de los valores esenciales, entre ellos, el religioso. María, gracias, porque soy un ser afortunado.