“ Verdaderamente, ella fue fuerte y tierna...  

Padre Felipe Santos Campaña SDB


Texto:
“ Verdaderamente, ella fue fuerte y tierna, dulce y firme a la vez, olvidada de sí misma y generosa con nosotros. A Ella es a quien conviene amar y reverenciar por encima de todas las cosas, después de la Trinidad Suprema” (San Buenaventura).

Comentario: Madre, soy tu amiga Jess. Siempre deseé en mi vida joven contar con una amiga íntima que llenara todo el cúmulo de ilusiones que se esconden y afloran al mismo tiempo en mi corazón. Y en contacto diario y permanente contigo, he notado que todo mi ser se siente invadido por un carácter dulce fuerte y firme a la vez.

A la hora de analizarme, constato que te lo debo a ti. Lentamente has ido transformando y perfeccionando mi vida porque, en la medida que he dejado atrás el lastre y la ganga que nos rodean, he percibido que tiene un sentido auténtico ser fuerte para luchar contra quien atenta contra mi dignidad de creyente; he percibido también que, en la medida en que me dejo penetrar por los dones de tu ternura, me siento más relajada y entregada a los demás.

Cuando mi amor floreciente como la nueva primavera se enciende en mi colores, me doy cuenta de que centrando mi amor en ti es como adquiere sentido el amor que siento en mi interior por los seres queridos y por mi amigo Pedro.

Los dos juntos, al terminar nuestras clases, nos dirigimos día tras día a la capilla de la Facultad para darte las gracias del día. Sabemos que eres nuestra amiga íntima y que, con nuestra reverencia y contacto diario, nos colocas a los dos en tal situación que lo vemos todo claro y diáfano.

Oración: María, haz que me sienta dulce como la miel para atraer a la gente de mi Facultad a tu amor de Madre. Haz que, olvidándome de mis egoísmo, palpe y sienta que me convierto en fuerte, tierna y valiente frente a quienes me atacan porque no actúo como ellos/as. Gracias, María Virgen, porque con tu “fiat” estás logrando que me haga tan fuerte que mi timidez va cediendo paso a la alegría de sentirme hoy creyente, pura alegría e imagen de tu perfección.