“Un apoyo muy poderoso para vosotros contra las tentaciones del Diablo, lo tenéis, queridos jóvenes, gracias a vuestra devoción a la Santísima Virgen. Ella nos asegura que si somos sus devotos, nos reconocerá como a sus hijos, nos cubrirá con su manto y nos colmará con sus bendiciones en este mundo, para darnos el Paraíso” (D. Bosco).

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Comentario: De sobra conocía D. Bosco a los jóvenes. Sabía de sus tentaciones, de los peligros que corren cuando el diablo los tienta con toda clase de tentaciones.

Por eso, una y otra vez, les hablaba de ti, Virgen Madre, con el fin de que tuviesen una sólida devoción en sus vidas hacia tu persona. Les decía que eres tan poderosa contra el demonio, que quien se confía a ti, sale corriendo. En esta intimidad contigo cada día, noto que salgo airoso de muchos peligros, no por mis fuerzas y mis artimañas, sino porque tú me proteges continuamente. Gracias, Madre.

El hecho de saber que soy tu hijo amado, me lleva a portarme bien contigo y con tu Hijo. ¡Qué fácil resulta ir a Jesús mediante tu auxilio!

Sé que me cubres con tu manto de cariño cuando siento el frío de mi fe, cuando intento apegarme a cosas que no están bien.

Sé, Virgen María, que cada día y en cada instante me siento colmado con tu mar de bendiciones. Correspondo a ellas con mi gratitud y la rectitud de mi vida. Sé que mi meta final es el Paraíso, hacia el cual nos encaminamos cada instante que pasa.

¡Ay si pensáramos más en el Paraíso! ¡De cuántas faltas y pecados nos veríamos libres!

Oración: Virgen María, en este día, aquí solito en tu capilla, me siento protegido por tu amor poderoso de Madre. Haz que, al empezar mi jornada de trabajo, te tenga presente en todo momento. De esta forma, mi trabajo lo convierto en oración y la oración en trabajo.