¡Las madres dan mucho más de lo que reciben!

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Texto: “Las madres no contabilizan los detalles de cariño que sus hijos les demuestran; no pasan ni miden con criterios mezquinos. Una pequeña muestra de amor la saborean como miel, y se vuelcan concediendo mucho más de lo que reciben. Si así reaccionan las madres buenas de la tierra, imaginaos lo que podemos esperar de nuestra Madre Santa María (J. Escrivá de Balaguer, Amigos de Dios, 280).

Comentario: María, ¿qué tendrán nuestras madre que en todo momento están dispuestas a darlo todo sin esperar nada a cambio? Tienen sencillamente el alma llena de amor. Y éste no se puede pesar en ninguna balanza del mundo. Su calidad es tan enorme que no cabe en ninguna medida de pesar.

Y de esto, María, tú sabes más que nadie. Me imagino la de gente que cada día- en este momento- vuelve su mirada a ti. Con todos y cada uno tienes atenciones espirituales que ni siquiera podemos sospechar.

Tú adivinas nuestros pensamientos, tú, al vernos desvalidos y en peligro, nos echas una mano tan poderosa que salimos a flote una y otra vez. Perdona, María, si no sé darte las gracias. Alguna vez es por mi olvido, no porque no te tenga presente en cada instante en mi vida, a la que le aportas la novedad de un niño que abre los ojos al rostro de su madre para sentirse amado y acariciado.

En toda persona que tiene dificultades, quiero, María, que seas el tonificante de su alma. Embellece su existencia enviándoles besos de amor limpio y transparente como los que tú das de manera espiritual a cada uno cuando lo necesita y siempre. Tú estás en el cartel de la actualidad permanentemente.

A través de ti, el Señor moverá montañas.

Oración: María, esta mañana en tu iglesia, siento un júbilo especial. Me alucina el cariño tan intenso que nos tienes. Pues si el de nuestra madres de aquí abajo es admirable y bueno, el tuyo es la misma dulzura, la bondad personificada, el detalle constante para que salgamos de la rutina y, puestos en tus brazos de amor, nos lancemos a la aventura de la conquista de tu devoción ferviente. Gracias.