“En todas nuestras penas, sean del alma, sean del cuerpo, después de Dios, hemos de concebir una gran confianza en la Virgen María” (Santo Cura de Ars, Sermón sobre la esperanza).

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Comentario: Lo querían echar del seminario porque su inteligencia no brillaba a gran altura. Era normal. Sin embargo, gracias a su intensa confianza con la Virgen, logró que le ordenaran de sacerdote. Y aquel hombre sencillo se convirtió en el confesor de reyes, obispos y gente ilustre de Francia y otros lugares.

Sus palabras quedan esta mañana esculpidas sensiblemente en mi vida. Y quedan porque quiero parecerme a él en todo cuanto se refiere a su honda devoción a la Señora. Por eso, María, tú sabes muy bien que cuando tengo una alegría te la comunico; cuando la pena asalta mi vida, también te la digo. Eres mi madre y mi amiga íntima.

Si mi madre me acostumbró a rezarte, a hablarte fue con su propio testimonio. ¡Con que gozo indescriptible guardo en mi corazón el rato que te dedicaba cada noche a hablarte y a pedirte por sus hijos!

¡Con qué lentitud te hablaba! Ella, que había estado todo el día trabajando para sacar adelante a sus siete hijos- se quedó viuda a los 35- no se olvidaba nunca de rezarte. Y su mirada devota hacia ti, María, la guardo intacta en mi memoria.

Tampoco era muy inteligente. Bueno, no sé, porque desde pequeña se puso a trabajar, pero mantuvo hasta el último suspiro de su vida un gran sentido común. Y justamente, cuando le quedaba un minuto de vida, me dijo: hijo, ¿cuándo me voy al cielo? En seguida, mamá. Y rezando la Salve- su oración preferida- al llegar el amén pasó junto a ti, Virgen María en el cielo.

Oración: Virgen María, te doy las gracias por mi madre y por todas las madres que, educadas en tu devoción, saben transmitirla a su hijos. Ellas son los pararrayos en los cuales se descarga nuestro amor y nuestro cariño.

Por eso, cuando ella falta, se redobla en mi corazón el afecto y la sentida devoción a ti. ¡Qué a gusto me siento a tu lado! ¡Cuántos favores me concedes cada día en la salud física y en la espiritual! Gracias, Madre Virgen.