“Abrid vuestro corazón a la fe...

Padre Felipe Santos Campaña SDB


Texto:

“Abrid vuestro corazón a la fe. Se encuentra aquí el pensamiento profundo de san Agustín: la Virgen concibió por la fe antes de concebir en sus entrañas. Pero el pensamiento progresa. Encuentra un complemento, un desarrollo en esta idea: la Palabra divina espera la palabra de la Virgen para ser concebida en la humanidad. Aquí hay mucho más que un juego de palabras” (San Agustín).


Comentario:
 

 

Virgen María, aquí tienes a Sergio. Lo conoces demasiado bien. Más de una vez acudo a tus plantas para que me ilumines por el sendero de la fe que, últimamente, se me torna tortuoso. Estoy atravesando una mala racha en mi vida de creyente.

Tus palabras del ”fiat” resuenan en mis oídos como una invitación a que ponga mi confianza en ti y en tu Hijo. Poco a poco, sin darme cuenta y llevado por compañeros incrédulos, he dejado de vivir y practicar mi fe.

Sé que ahora vengo de nuevo ante ti para implorar de tu fe recia, profunda y centrada en Dios, que me ayudes a recuperarla. La fe en ti fue lo fundamental para que Dios te eligiera como madre de Jesús y madre mía. Concebiste antes a tu Hijo en la fe de voluntad puesta en la manos y designios de Dios, antes que en el hecho de que el Espíritu Santo te fecundara.

Por eso, dentro de mi crisis, quiero volver a contemplar el valor indispensable de mi fe que es, al fin y al cabo, la que me hace caminar por sendas de justicia y rectitud en todos mis quehaceres.

Quiero que mi fe sea una plena adhesión a tu Hijo y ti María, como intercesora, ayúdame para que me ponga en marcha a la conquista de este don inapreciable, tan fácil de perder hoy en esta sociedad de consumo.

Oración:

 

Madre, por más fuertes que sean mis luchas, que nunca caiga en la batalla. Haz de mí un instrumento fiel, un joven que lucha a brazo partido por conservar este regalo del cielo. Con la fe sé que todo adquiere un nuevo valor en mi vida; con ella todo lo enfoco y encuadro por las angulaciones de la belleza que provienen directamente de tu corazón de Madre y desde ti me conduces a tu Hijo. Quiero que mi vida sea una realidad asentada en la fe, y no un simple juego de palabras conceptuales.