“Oh tú completamente casta, totalmente llena y buena de misericordia, Soberana, consuelo de los cristianos”(San Germán, siglo VIII).

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Comentario: Sé, Madre que te complaces con mi canto de hijo amigo. Eres, siguiendo las palabras de tu hijo Germán, el más seguro refugio de los pecadores, el más ardiente alivio de los afligidos, no nos dejes como huérfanos privados de tu socorro. Si somos abandonados por ti, ¿dónde nos refugiaremos?

¿Qué nos sucedería, oh santísima Madre de Dios? Tú eres el espíritu y la vida de los cristianos. Así como la respiración aporta la prueba de que nuestro cuerpo posee todavía su energía viviente, así tu santísimo nombre incansablemente pronunciado por la boca de vuestros servidores, en todo tiempo y lugar y de toda manera, es más que la prueba, es la causa de la vida, de la alegría, del socorro para nosotros.

Protegednos bajo las alas de vuestra bondad, Sed nuestro socorro por vuestras intervenciones. Concedednos la vida eterna, tú que res la esperanza incomparable de los cristianos. Pues nosotros somos pobres en obras y en los modos de actuar de Dios; y al contemplar las riquezas de la misericordia que nos muestras, podemos decir: “La tierra está llena de la piedad del Señor. Nosotros estábamos alejados de Dios por la multitud de nuestros pecados; pero, gracias a ti, nosotros hemos buscado a Dios y le hemos encontrado; y por haberle encontrado hemos sido salvados.

Poderoso es tu socorro para nuestra salvación, Madre de Dios; no se tiene necesidad de otro mediador cerca de Dios”.

Oración: María, gracias a tu “Sí” hemos sido hechos criaturas nuevas. Hemos sido salvados del mal del pecado. Quiero ser agradecido contigo. Me encanta tu disponibilidad a los deseos de Dios. Por eso mi corazón anhela ser como música que ilumine mi conciencia, alegre mi cuerpo y me sienta plenamente unido a ti.