Santa y radiante Virgen

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Texto: “La carta dogmática de Sofronio”

Comentario: “Después del sínodo de Jerusalén del 634, el patriarca de Jerusalén, San Sofronio, envió una larga carta en forma de profesión de fe. La autoridad de esta exposición de la creencia católica es muy grande porque fue aprobada por los Padres del VI Concilio Ecuménico, celebrado en Constantinopla en el 680-681. Nada ha hecho penetrar más eficazmente en el misterio de María que la comprensión del plan redentor. Es por lo que esta contemplación admirable, en donde el lugar de la Madre de Dios es visto de un modo tan fuerte y sobrio a la vez, es una de las mas grandes páginas que hayan sido escritas en su honor.

Se verá una postura análoga a la adoptada por el Papa Pío IX en la primera página de la Bula “Ineffabilis”.

En cuanto a la Encarnación, yo creo que Dios Verbo, el Unigénito, del Padre, que ha nacido antes de todos los siglos y de todos los tiempos, en la impasibilidad del mismo Dios y Padre, lleno de piedad, en su amor por los hombres, por nuestra naturaleza caída, por su libre decisión, por voluntad de Dios que le ha engendrado, y con el divino consentimiento del Espíritu, sin abandonar el seno de su Padre, descendió hasta nuestra bajeza.

Según la voluntad común del Padre y del Espíritu, y según su naturaleza y su ser infinito, no sufriendo ninguna limitación, ignorando nuestras infidelidades sucesivas, obrando por naturaleza de forma totalmente divina, ha penetrado en el seno completamente resplandeciente de virginal pureza de María, la Santa y radiante Virgen, llena de una divina sabiduría, y exenta de toda mancha del cuerpo, del alma y del espíritu.

Se encarnó, El, el incorpóreo; tomó nuestra forma, El, que, según la esencia divina, era exento de forma en cuanto al exterior y a la apariencia; tomó un cuerpo como el nuestro, El, el inmaterial, y se convirtió en un verdadero hombre, sin dejar de ser reconocido como Dios”.

Oración: Madre, me he quedado admirado de que hace tantos años, hablaran con tanta precisión de palabras de tu ser original y de ser Madre de Jesús. ¡Qué riqueza y profundidad de lenguaje! Madre, buenos días. Protégeme de todo mal.