¡El más bello honor a mi libertad!

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Texto: “¡El más bello honor a mi libertad! ¡El más magnífico título de nobleza! ¡La gloriosa y segura garantía de mi grandeza, que acabará en la gloria eterna! ¡En mi pobre tristeza, yo desearía llegar a ser, para mi reparación, el servidor de la Madre de mi Señor!” (San Ildefonso de Toledo, siglo VII).

Comentario: María, buenos días. Mira, vengo a ti esta mañana, para alabarte y bendecirte por varios motivos. El primero de ellos es que, a tu lado, he comprendido y vivido la libertad en su genuino significado: tomarla y considerarla como el mayor de mis honores. Dios Padre me la dio para que fructificase en buenas obras. Tan sólo cuando la persona hace el bien a sí misma y los demás, vive la libertad como un honor. Y al revés, cuando la emplea para otros fines indignos, la desprestigia y la convierte en una deshonra.

Encuentro en ti la nobleza que supera a todos los títulos humanos. Sí, porque, ¿de qué sirven tantas medallas y halagos cuando no tienen su raíz en la rectitud? De nada. Es pura y simplemente una vanagloria. Y ésta, en lugar de engrandecer al ser humano, lo desprestigia.

Quisiera ser como tú María, un servidor de la humanidad. No con grandes acciones que me ofusquen, sino con mi vida diaria convertida en pura alabanza. Esa es mi mayor grandeza. Y la uno a la tuya para que la purifiques de todo dolo.

Lejos de mí otros sueños distintos de los que te he expresado. Quiero pasar mis días anclado, en mis sentimientos, afectos y deseos, en tu corazón de Madre que me quiere siempre. Esta es mi gloria, mi orgullo y mi grandeza: mantenerme unido a ti y a cuantos me rodean para llevarles el honor de ser creyente, gracias a tu Hijo que me ha dado gratuitamente la fe.

Oración: María, las palabras de tu hijo san Ildefonso, me han traído esta mañana los ideales por los cuales quiero que se rija mi vida. Con estas estrellas que me iluminan, no habrá noches insoportables en mi existencia, sino que todos los días transcurrirán como una aurora boreal en tu presencia. Haz que sepa usar bien de los dones de mi libertad y de todo cuanto recibo de ti, madre querida.