“San Ambrosio muestra cómo la vida- en este texto la práctica de la virginidad- da una visión de las realidades espirituales, gracias a lo cual se percibe lo que representan algunas frases del Evangelio. Se ve esbozarse un retrato moral de María y se comienza a penetrar en su interior, como señalará Olier” (San Ambrosio).

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Comentario: Estas palabras datan del año 377. Hoy, estas palabras suenan a chino para mucha gente.¡Allá ellas!

“¿Qué más noble que la Madre de Dios? ¿Qué más espléndido que aquella a quien ha elegido el esplendor? ¿Qué más casto que la ha engendrado el cuerpo sin mancha corporal? ¿Y qué decir de sus otras virtudes? Ella era virgen, no sólo de cuerpo, sino también de espíritu. A ella nunca el pecado ha conseguido alterar su pureza: humilde de corazón, reflexiona en sus resoluciones, prudente, discreta en palabras, ávida de lectura; no ponía su esperanza en las riquezas, sino en la oración de los pobres; aplicaba al trabajo, tomaba por juez de su alma no lo humano, sino a Dios; no hirió nunca, afable con todos, llena de respeto por los ancianos, sin envidia con los de su edad, humilde, razonable, amaba la virtud.

¿Cuándo ofendió a sus padres, aunque no fuese más que en su actitud? ¿Cuándo se la vio en desacuerdo con sus parientes? ¿Cuándo rechazó al humilde, se burló del débil, evitó al miserable? Iba únicamente a las reuniones en las que, habiendo ido por caridad, no tuviese que avergonzarse ni sufrir en su modestia.

Ninguna dureza en su mirada, ninguna falta de medida en sus palabras, ninguna imprudencia en sus actos; ninguna contrariedad en el gesto, ni insolencia en la voz: su actitud exterior era la imagen misma de su alma, la manifestación de su rectitud.

Oración: Madre, me quedo embriagado por las palabras de san Ambrosio. El, que se había convertido al cristianismo, se centró en hacer el bien a los cristianos y ensalzar el don de tu virginidad. Haz que hoy, María Virgen, sepa ver todo con mis ojos de transparencia.