Con el espíritu en misión

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• Millones de personas emigran cada año de un lugar a otro. Buscan algo, pero también dan mucho. Buscan pan y paz, trabajo y salud; dan lo que han visto con sus ojos en sus pueblos de origen y que llevan guardado en el corazón. Con su aportación surge una nueva cultura, más rica, más de todos, más del Espíritu.

• “Sin el Espíritu, Dios queda lejos, Cristo permanece en el pasado, el evangelio es letra muerta, la Iglesia es pura organización, la autoridad es tiranía, la misión es propaganda, la liturgia es simple recuerdo, y la vida cristiana una moral de esclavos” (Ignacio IV Hazim, patriarca de Antioquia). 

• María es la mujer que entra en comunión con el Creador hasta límites insospechados, es la mujer que ve el mundo con los ojos del Espíritu. Allí donde empieza a nacer la fe en el corazón de todos los discípulos, está María. 

• Sin María, no podrá una comunidad que se sabe enviada al mundo soportar la espera del Espíritu sin perder la esperanza. Los misioneros de todo don y de toda belleza, alentados por María, son como las nubes, que cruzan sin papeles toda frontera, son como los pájaros, que en todos los sitios cantan y ponen sus nidos.

• Representantes de siete de las principales religiones del mundo escalaron el Everest, en una expedición para promover la paz y la tolerancia en el mundo. El grupo estaba integrado por diez alpinistas de varios rincones del planeta.



Fuente: cipecar.org