Todas las criaturas están a los pies de la Virgen

Padre Henry Bolo 

 

María es Señora de este mundo. Ella domina el océano de los seres. Ella comparte la soberanía de su Hijo, habiendo participado del rescate universal por el cual fue adquirido este imperio. Ella está revestida del sol, emblema de la magnificencia del mundo sobrenatural; Ella tiene la luna bajo sus pies, símbolo de esta pálida creación que se disloca en la noche. 

La Iglesia, intérprete del universo, coloca a los pies de la Virgen a todas las criaturas: para alabarla, los campos no tienen bastantes flores, ni el cielo estrellas, ni las piedras preciosas brillo, ni las voces cánticos, ni poseen las almas suficiente pureza. El triunfo de María es excedido solamente por el de su Divino Hijo. 

Si no es a Ella que Dios comunica la honra incomunicable y reservada al Verbo Encarnado, de sentarse a su diestra, sin embargo, la Virgen aparece llevando al mismo Dios, como trono vivo de donde mana la realeza, la justicia y la gloria. 

Por eso Ella se llama María, la Soberana. 

(Pleine de Grace, Editorial René Haton, París, 1895. Pp. 55-56) 

Fuente: Asociación Cultural Salvadme Reina de Fátima - España