María en oración

 

 

Padre Germán Darío Acosta Rubio

 

 


“Nos preguntamos con qué imagen podríamos fijar a María en el instante de la eternidad, casi arrancándola del tiempo fugaz, y representarla en su esencia interior e indestructible.
No puede ser la imagen de María recogida en oración.
Decimos poco afirmando que María ora.
De ella es necesario decir: está recogida en oración. La oración la envuelve toda, la compenetra hasta las fibras más profundas. Todo su ser ora, más aún María toda es un impulso de oración.
No ora María como nosotros, que en la oración buscamos salir del mar tempestuoso que dentro nos divide y nos turba, para encontrar a Dios fuera de nosotros, más allá de los horizontes de la finitud.
Ella ora recogida en sí misma, como si Dios la llevara en su seno. Dios no está fuera de ella sino dentro de ella, en las profundidades insondables de su ser.
Dios la atrae a lo profundo, en lo íntimo de las colinas, en el secreto inviolable donado a cada ser humano, allá donde cada uno es imagen del Absoluto.
María ora como paloma enamorada, sumergida en su alma de luz.
Ora en el silencio de los cielos sin límite que están dentro de ella y en los cuales Dios habita.
Ora callando, ora amando.
Su oración es un gemido de amor, es el canto del amor de la criatura al Creador. Ora escuchando, ora susurrando.
Porqué Dios nunca salió de Dios?
Porqué no le bastó su eterno intercambio de amor y creó al hombre?
El Amor eterno, el amor sin límite, el Amor que es plenitud e infinita bienaventuranza quiso calmar la sed en la gota del amor que se derrama humilde y puro en le corazón de María.
Recogida en oración, María calma la sed de Dios y alcanza insaciable las fuentes perennes del Amor.
Pero al mismo tiempo ella calma la sed de Dios, que en María aplaca El, el infinito, en su incomprensible sed de amor finito.
En el icono de María en oración se da la respuesta a todas las preguntas que desde siempre agitan el corazón del hombre.
Quién es Dios? Quién es el hombre? Por qué Dios creó al hombre? Cuál es el sentido de la vida? Cuál es la salida del inquieto peregrinar del corazón humano?.
Dios es el Amor que eternamente se dona en el océano de luz de las Tres Divinas Personas.
Movido por el amor, Dios crea al hombre, sobre la imagen de su amor: y nuestra vida qué es sino nuestra peregrinación en la búsqueda del Amor Absoluto del que tenemos hambre y sed inapagables?.
Es como si Dios nos hubiera perdido, es como si nosotros nos desviáramos a lo largo de los senderos de los falsos amores.
Mirando a María recogida en oración comprendemos la verdad sobre nuestra vida.
Con sus inquietudes, con sus desbandadas, con sus caídas y resurrecciones esta nuestra vida errabunda están siempre en la búsqueda del Amor perdido.
Cuántas veces hemos buscado la felicidad en los amores fugaces e inestables de la tierra. Cuántas veces nos hemos ilusionado de haber aferrado el instante eterno de la felicidad! Y cada vez nos hemos encontrado solos, inquietos, insatisfechos, quizás desesperados.
Como perros hambrientos fuimos la búsqueda de una caricia cualquiera que nos consolara.
María recogida en oración es el ser humano que llegó al puerto, allá en aquel golfo de luz donde la criatura encuentra al Creador y finalmente calma su sed en su amor perfecto. 
Como un niño apenas nacido toma la leche materna, de ese modo el alma que comienza el camino espiritual se nutre del amor de Dios que El nos suministra en la oración para fortalecernos.
Cuando el alma robustecida se introduce en los caminos del amor no se contenta ya de recibir sino que comienza a su vez a dar, consolando a su Creador por el poco amor que El recibe de sus criaturas. 
Se ha meditado mucho sobre la oración, pero qué es la oración sino María en oración? Es el beso del amor santo entre la criatura y el Creador. María en oración es la creación realizada, es el proyecto de Dios realizado, es el proyecto del Dios realizado, es la vida humana que ha alcanzado su fin.