Fiesta de la Sagrada Familia

 

José Portillo Pérez

 

1. José y María soportaron un gran dolor en un tiempo demasiado reducido para asimilar tantos sufrimientos. José y María estaban comprometidos, y preparaban con gran entusiasmo la celebración de su enlace conyugal, que habría de llevarse a cabo cuando transcurrieran dos años a partir de la ceremonia con que iniciaron su compromiso ante Dios y sus conocidos. A veces los planes de Dios interfieren en nuestra vida modificando nuestras disposiciones. Un ejemplo de esta verdad la vemos en José y María, que hubieron de adaptarse a la decisión que Dios tomó por ellos sin perjuicio del uso de la libertad de ambos, a pesar de que la concepción del Mesías pudo haber acabado en una gran tragedia, del que sólo había de sobrevivir José, para cargar con el peso de un doble asesinato que hubiera podido exterminar su vida. Cuando José decidió aceptar a María y a Jesús, organizaron la celebración de su matrimonio rápidamente, antes de iniciar el viaje a Belén para empadronarse. El viaje a

la ciudad en la que se fundó la dinastía davídica estuvo lleno de dificultades. Jesús podía nacer en cualquier momento, y José y María no sabían dónde podían alojarse. A pesar de la posición económica de José, éste tuvo que sufrir la humillación de ver nacer a su querido Jesús en un establo que era usado por los pastores para refugiar a sus ovejas, bueyes y asnos. El sufrimiento de José y María fue más allá de aquella humillación, así pues, aquel matrimonio sufrió profundamente el anuncio profético de Simeón, aquel anciano que les dijo que Jesús moriría para ejecutar el plan salvador de Dios. Los padres de Jesús debieron pensar que la profecía de Simeón se cumpliría cuando el ángel le dijo a José durante un sueño que él tuvo que salvara la vida de Jesús, porque Herodes lo perseguía para asesinarlo. El viaje a Egipto fue muy complicado, y, la permanencia en una colonia judía fuera de aquel país extraño, fue difícil. A su vuelta de Egipto, José pudo haberse establecido con los

suyos en Belén, pero era mejor alejar a Jesús del hijo del tirano Herodes, aunque ello le suponía enfrentarse a las burlas de quienes creían que la Madre de Jesús concibió a su Hijo ejerciendo la prostitución, y que José incumplió la Ley aceptando la paternidad de aquel niño, para no sentirse desdichado. José pagó durante todos los días de su vida su intención de abandonar a María a su suerte cuando estaba embarazada, y no encontraba palabras para explicarle que su Hijo fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.

2. Son muchas las familias que tienen problemas graves. Muchos hijos no comprenden la forma de pensar de sus padres, y muchos padres no pueden aceptar la forma de proceder de sus hijos. Como ha sucedido siempre a lo largo de la Historia, tenemos muchos problemas que afectan a nuestras relaciones de familia. En los años en que Jesús vivió en Palestina, aquel país estaba dominado por los romanos, los cuáles no se privaban de usar la violencia para someter a los judíos. Al igual que en el tiempo de Jesús, existen hombres capaces de hacer cualquier cosa por aumentar su riqueza, y verse encumbrados en la más alta cima del poder. Al igual que sucede en nuestro tiempo, el terrorismo estaba presente en el país de Jesús, pues los zelotes siempre asesinaban a las víctimas que seleccionaban cuidadosamente. Todos los contemporáneos de nuestro Señor estaban sometidos a las percepciones religiosas de la clase sacerdotal, de igual forma que en nuestro tiempo mucha gente vive sometida a

los líderes espirituales que dirigen cuidadosa y astutamente las sectas a las que pertenecen. Muchos niños, jóvenes y adultos pasan bastantes horas frente al televisor y el ordenador, obviando la posibilidad de desarrollar su espiritualidad, impidiéndose a sí mismos el hecho de comunicarse con sus prójimos. Gracias a Dios estamos superando enfermedades que en el pasado eran mortales y en nuestro tiempo carecen de importancia porque pueden ser curadas con una facilidad muy relativa, pero, al sumirnos excesivamente en la observación de los avances científicos, nos estamos construyendo un caparazón, y por ello cada día nos sentimos más aislados.

Me asombra mucho la debilidad que caracteriza a quienes no son capaces de enfrentarse a sus dificultades. María no contó con la ayuda de ningún psicólogo cuando temió que José la asesinara por haberle sido supuestamente infiel. José no contó con ningún libro de autoayuda para borrar de su alma el resentimiento letal que le causaba el supuesto acto de adulterio que María cometió contra su persona. José y María no contaron con la asistencia social que hubieran necesitado sin duda cuando tuvieron que huir a Egipto amparándose en las tinieblas de la noche para salvar a Jesús de la muerte. ¿Por qué les encomendó Dios la extraña misión de salvarle la vida a Jesús? ¿Cómo podría aquel niño salvar a su pueblo en el futuro si Dios lo puso en el mundo sin diferenciarlo de otros niños, exponiéndolo a la muerte? En nuestro tiempo hay mucha gente incapacitada para luchar y lograr sus objetivos. Cada día hay más gente que quiere divorciarse. La Sagrada Familia resistió sus dificultades. No

podemos decir que Dios facultó a la Sagrada Familia con dones especiales para que resistieran perfectísimamente a sus problemas, así pues, es digno de recordar el malentendido que les surgió cuando Jesús desapareció de la vista de sus padres con motivo de la celebración de la Pascua, pues sus progenitores creían que su Hijo estaba con alguno de sus parientes.