Destellos Marianos del los Papas

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

Juan XXlll : "Madre mía, esperanza mía". (2)

María en la preparación del Vaticano ll : 

El 25 de Enero de 1959 Juan XXlll sorprendió al mundo entero desde la basílica de San Pablo Extramuros con el anuncio de un Concilio, un acontecimiento de tal índole que hacía casi 100 años que no tenía lugar en la Iglesia. Después de la sorpresa la gente se preguntaba qué se pretendía con un Concilio, el Papa decía que era para que en la Iglesia entrase un poco de aire fresco.

Juan XXlll tenía muy claro cuál es el papel de la Virgen María para conseguir un Concilio Ecuménico fecundo. Tuvo varios detalles que denotan la creencia en la poderosa intercesión de la Madre de Dios.

El 4 de Octubre fue como peregrino al santuario mariano de Loreto para encomendar a la Virgen el feliz comienzo del Concilio Vaticano ll. Allí le regalaron un anillo con la efigie de la Virgen. Desde entonces llevó siempre puesto ese anillo. Tenía la intención de volver a Loreto para agradecer a Nuestra Señora la buena conclusión del Concilio y dejar allí el anillo como recuerdo. Al adelantarse la hora de su muerte, no se olvida de la Virgen y dispuso que después de su fallecimiento, lo devolvieran a Loreto.

Con ocasión del Concilio Vaticano ll envió un cirio a la casa de la Virgen de Éfeso.

A principios del año 1962 exhortó al mundo entero a que invocaran a la Madre de Dios con la advocación Rosa Mística a fin de obtener el éxito del Concilio, difundiendo con la misma intención la devoción al Santo Rosario.

El dos de Febrero de 1962, día de la Purificación de Nuestra Señora, señaló como fecha para comenzar el Concilio : El 11 de Octubre del mismo año.

En el día y mes señalado, marcado de tinte mariano, como el mes dedicado al Santo Rosario, Juan XXlll tiene la apertura del Concilio Vaticano ll bajo la protección de la Santísima Virgen

Visitante :

En la segunda quincena de Julio de 1954 visitó a España, durante su gira pudo ver distintos santuarios marianos : Covadonga, el Pilar, Montserrat...Al entonces Cardenal Roncalli le impactó el santuario de Covadonga hasta el punto que encargó una Santina para su devoción particular. Al año siguiente ya la tenía en su poder en Venecia y nunca se separaría de ella, pues, cuando fue elegido Papa se la llevó al Vaticano. Manifestó en cierta ocasión que su primera plegaria matutina iba a la Virgen de Covadonga, ante cuya imagen murió y rubricó su afecto y amor a Nuestra Señora con sus últimas palabras pronunciadas en su agonía: Madre mía, esperanza mía.