Con María en la Misa de la Vida

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

. Todo cristiano está configurado con Cristo y cuanto más perfecta sea esta configuración mejor cristiano será; el día del bautismo ha comenzado esta labor.

. Cristo por naturaleza es sacerdote y su razón de ser es para el sacrificio, toda su vida estuvo orientada hacia la cruz, pero cada acto realizado era suficiente para una condigna satisfacción por nuestros pecados, pues, todos y cada uno de ellos tenían valor infinito. En momentos más sobresalientes de su vida estuvo presente su Madre, y en alguno de ellos de manera insustituible, como en la Encarnación.

. María, la primera y mejor cristiana, celebró su misa diaria, abarcando ésta toda su vida. La comenzó cristificada en su Inmaculada Concepción, confirmó su total entrega de víctima en la Anunciación, poniéndose incondicionalmente en las manos del Padre, hizo su ofrenda de la Víctima Divina en la presentación de su Hijo en el templo a los 40 días del parto, al mismo tiempo que hacía su purificación legal, aunque le era innecesaria por no estar sometida a la ley natural del alumbramiento de su Hijo.

. Durante toda su vida fue uniéndose a su Hijo, sacerdote y víctima del único sacrificio agradable a Dios, como víctima por su condición de Corredentora. La expresión más clara de su oblación sacrifical fue indudablemente en el Calvario, en donde sin regateos egoístas se ofrece y ofrece a su Hijo a Dios Padre, ya que para esto había pronunciado aquel "Fíat" de la Anunciación, como una carta en blanco para cumplir siempre y cabalmente la voluntad de Dios.

. Completado el sacrificio de la cruz con la majestad de la Resurrección, Cristo queda en su Iglesia, nacida de su costado abierto, para darnos su gracia no de una manera exclusiva, pero sí eminente a través de los Sacramentos; María como Medianera de todas las gracias comenzó en Pentecostés a estar siempre junto a los miembros de la Iglesia.

. Nuestra condición de bautizados nos exige cristificarnos y el modelo netamente humano que tenemos es María, en la medida en que nos parecemos a Ella por la imitación de sus virtudes , que es una de las facetas de la verdadera devoción, nos vamos cristificando, asemejándonos a Cristo, ya que con razón Pablo Vl dijo : "No podemos ser cristianos, si no somos marianos".

. Como cristianos tenemos que ser sacerdotes y víctimas, unidos íntimamente a Cristo Verdadero y Único Sacerdote ante Dios, al mismo tiempo que no podemos dejar de ser víctima agradable a Dios Padre.

. Todo cristiano comenzó su sacerdocio común en el día del bautismo, lo ejerce ordinariamente con la oración y con la recepción de los sacramentos, de manera especial en la Eucaristía, allí se une su oración y sacrificio al de Cristo, de esta manera tenemos la garantía de ser escuchados por Dios, ya que nuestra oración y sacrificio están avalados por su Hijo.

. Nuestra vida diaria se convierte en una Misa: El ofertorio se realiza con el ofrecimiento a Dios de todas nuestras obras, de esta manera todo se transforma al hacerlo "para gloria de Dios", la comunión la practicamos al darnos a los demás, amándolos. Esto es un ensayo para la gran oblación total y definitiva, para cuando entreguemos nuestra vida en las manos del Padre, teniendo como guía y modelo a María.