Venidas del Espíritu Santo a María

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

. El nombre del Espíritu Santo nos trae siempre de inmediato la idea de algo relacionado con la santidad, pues, ésta es atribuida a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad.
. En tres momentos especiales vemos la acción del Espíritu Santo en María:

1.- En la Inmaculada Concepción.
. Desde el primer instante de la concepción de María ya fue poseída por la acción del Espíritu Santo. El se encargó de prepararla para la futura misión de ser la Madre del Salvador. Dios pudo y quiso hacerla Inmaculada, con ello nos demostró que lo que de Ella iba a nacer además de ser Hijo, sería Dios.
. María se convierte en la primera cristiana, la primera redimida por Cristo en atención a los méritos redentores.
. La posesión de Dios en María se extendería a toda su vida, ya que no sólo tendría la gracia santificante, sino que estaría a tope, pues, es conocida por el Señor como la llena de gracia.
. María no despreciaba ninguna moción, que recibiera del Espíritu, pues, estaba constantemente a la escucha de la Palabra de Dios. Nunca entristeció al Espíritu, que había tomado posesión de todo su ser.

2.- En la Encarnación.
. El Hijo de Dios ha tomado la naturaleza humana con todas su grandezas y flaquezas connaturales a la condición de cualquier persona humana.
. El misterio de la venida de Cristo tuvo su principio, cuando, concebido por obra del Espíritu Santo, Jesús nació del seno de la Virgen.
. María hasta ahora la Esposa fiel del Espíritu Santo, el templo nunca profanado en donde ha habitado la Trinidad, desde el momento de la Encarnación se convierte en verdadera Madre de Dios por haber dado naturaleza humana a la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, a la que desde ese instante será llamado Jesús, el Cristo, el Mesías.
. La venida del Espíritu Santo a María en la Encarnación está orientada no ya a Ella para santificarla, como en la Inmaculada Concepción, sino a su Hijo, que va a ser el Salvador del mundo.

3.- En Pentecostés.
. Dicen los Santos Padres que del costado abierto de Cristo nace la Iglesia. Una vez que Cristo cumple su misión, confía su Espíritu a la Iglesia como ámbito de su presencia permanente:Y reclinando la cabeza, entregó el espíritu (Jn.19,30). El Espíritu de Jesús hace que su obra continúe en la Iglesia.
. La Iglesia se manifestó por la efusión del Espíritu Santo (L.G. 2) en el día de Pentecostés. Allí con los Apóstoles estaba María, Ella la Madre de la Iglesia naciente.
. La Iglesia la constituimos Cristo más los que creemos en El como Salvador. Si en la Encarnación la venida del Espíritu constituye a María Madre de Cristo, Cabeza de la Iglesia, en Pentecostés se manifiesta esa maternidad de María no como en los Apóstoles, propagadores directos de la Palabra, sino, sino de la misma manera que lo había hecho durante la vida de Jesús, de manera callada y de sostenimiento de los Apóstoles.