El Espíritu Santo y María

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

 

Vamos a fijarnos en la relación del Espíritu Santo y María en orden a la proyección salvadora.

1.- Unión del Espíritu Santo y María en el plan de salvación.

. El Espíritu Santo no es conocido de manera aislada, sino en relación con el Padre y el Hijo.

. El Espíritu Santo no es considerado como un yo estático, sino dinámicamente proyectado al plan de salvación.

. Partimos de que, aunque sea muy excelsa la dignidad de María, nunca se puede comparar ni a distancia con Dios, ya que es una criatura, pero es especial y eminente, pues, ?la Trinidad la ha escogido como elemento necesario en el orden actual para la salvación de los hombres y la glorificación de Dios? (S. Luis M? Grignion de Monfort).

. María ocupa un puesto destacado en el plan de salvación, que Dios ha determinado desde la eternidad y por consiguiente, cuando el Hijo ?llegó a la plenitud de los tiempos?, María fue imprescindible, para que el Hijo de Dios por obra del Espíritu Santo se hiciera hombre en el seno de la Virgen María.


. María es un agente colaborador en la Encarnación. ?Es con Ella, en Ella y de Ella que El (el Espíritu Santo) ha producido su obra maestra, que es un Dios hecho hombre? (Tratado de la Verdadera Devoción, n?. 20). Esta es la razón por la que muchos 

llaman a María ?Esposa del Espíritu Santo?, es decir, la persona escogida por mediación de la cual el Espíritu Santo obra su fecundidad.

. Nuestra escasez de léxico exhaustivo para expresar realidades transcendentales nos obliga a agarrarnos a términos que nos dan una idea muy imprecisa. Nuestro lenguaje humano no es capaz de expresar la realidad del misterio de la maternidad de María bajo la acción del Espíritu Santo; la llamamos ?Esposa del Espíritu Santo?, porque nos da una idea del misterio realizado en las purísimas entrañas por la acción fecunda del Espíritu Santo.

. La obra más excelsa e importante que ha hecho Dios en la tierra la realizó en el seno de María: La Encarnación del Hijo de Dios. María dio a Jesús la plena humanidad, algo del ser de María está en Dios, es divinizado y hecho santo.

2.- Unión del Espíritu Santo y María en la vida espiritual del cristiano.

. El conocimiento de María es un don, que nosotros podemos suplicar en la oración; pero es un don del Espíritu Santo.

. La obra de la santificación sabemos que es de la Santísima Trinidad, pero se atribuye al Espíritu Santo. María ha sido constituida Medianera de todas las gracias, ya que por Ella nos vino la mayor de todas, Jesucristo, el Salvador; por eso es doctrina común en la Iglesia: Todo don celestial que llega a los hombres pasa por las manos virginales de María. El Santo de la esclavitud mariana, San Luis María Grignion de Monfort dice al respecto: ?Dios ha comunicado a María, su fiel esposa, sus dones inefables, y la ha escogido como distribuidora de todo lo que posee, de suerte que Ella distribuye a quien quiere, como quiere, cuando quiere y cuanto quiere, todos los dones y gracias?. (S. M. 10 ).

. Tengamos presente que las gracias emanan de Dios, Cristo es el Redentor, María colaboró activamente, por eso se la llama Corredentora. María es ante Dios la Intercesora de nuestras súplicas (La Omnipotencia Suplicante) y la Medianera de que las gracias lleguen de parte de Dios hasta nosotros.

. María no es la distribuidora que saca de su tesoro los dones de Dios para distribuirlos a los hombres; a Ella la consideramos desde una óptica más dinámica, es decir, colaboradora con el Espíritu Santo para la formación y santificación de los cristianos.

. Si Ella tuvo un papel tan participativo en la Encarnación del Hijo de Dios ?cómo no va a tenerlo en la formación de los hijos de Dios por la gracia?, que es el fin para el que vino Cristo a la tierra.

. Si María es nuestra Madre en el orden de la gracia, no es por pura palabrería, sino porque Ella es Corredentora, unió su sacrificio al de su Hijo y en cada hijo que se engendra para la Iglesia María de alguna manera intervine por su condición de 
Madre. ?Todos los santos que han sido y serán hasta la consumación del mundo son obra del amor de Dios unido a María? (S. Luis M? Grignion de Monfort ).

. A María la llamamos ?Madre de la Divina gracia?.