María era sencilla

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

 

La perfección no está en lo complicado, sino en lo simple y sencillo. Nosotros tenemos la tendencia de complicarnos la vida, de pensar y medir a las personas según nuestros propios criterios particulares, que no siempre coinciden con los verdaderos.

- A veces representarnos a María según criterios mundanos, no evangélicos.
.En su mirada: Hay quien nos la muestra extraviada mirando al cielo, cuando el sentir de los hombres es el de que nos mire, que se fije en nosotros, por eso le decimos en la Salve "vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos". María tiene una relación íntima con los hombres, pues, es de nuestra raza y ha sido elegida para ser la Madre del Redentor. Ella es consciente de que nosotros la necesitamos y no se hace la desentendida, sino que está constantemente pendiente de nosotros, ya que somos sus hijos y como tales nos aceptó en el Calvario a los pies de su Hijo agonizante.

.Tenemos representaciones de María con los brazos cruzados ante el pecho, como queriendo guardar el gran tesoro que dentro de sí llevaba Ella "la llena de gracia?. Su actitud está mejor reflejada con las manos abiertas como Medianera de todas las gracias, que emanan de su Hijo. Como Madre piensa más en nosotros que en Ella, esa fue la tónica de su conducta, así aconteció en la boda de Caná, no fue a "pasárselo bien", sino a acompañar a aquellos recién casados, por eso está pendiente de todo aquello que pueda mejorar la fiesta. No estaba acostumbrada a que la sirvieran, sino todo lo contrario, era Ella la que servía siempre, pues, se había declarado la "esclava del Señor" y esto lo concretizaba en el servicio al prójimo, pues, no se puede amar a Dios a quien no vemos, despreciando o despreocupándonos de sus hijos, que están a nuestro lado.

. ?Qué decir de los adornos y ropajes con los que cubrimos sus imágenes?. Seguimos en desfigurar la imagen de la sencilla nazarena. Como nos movemos muchas veces por las apariencias, queremos deslumbrar a los demás con nuestra 
manera de vestir, de presentarnos ante los otros, olvidamos que lo que Dios mira es el interior: Lo que amamos, la actitud de nuestro corazón ante las personas y acontecimientos de la vida.

. Ella que pasó desapercibida en la vida de Jesús. ?Cómo se encontrará con los adornos con los que atiborramos sus imágenes?. ?Con los riquísimos mantos con que muchas veces cubrimos sus sencillas y esbeltas esculturas?. Ella, aldeana de Nazaret, que en su vestimenta no se distinguía de las mujeres del resto del pueblo, que nunca le gustó llamar la atención, conocerá la buena intención de quienes así la adornan y los justificará. Olvidamos respecto a María lo que San Pedro nos dice en su primera carta, refiriéndose a las mujeres: "Que vuestro adorno no esté en lo 
exterior, en peinados, en joyas y modas, sino en lo oculto del corazón, en la incorruptibilidad de un alma dulce y serena: Esto es precioso ante Dios" (1Ped. 3, 3-4). 

. Así fue como vivió María y no como ladisfrazamos a veces nosotros, siguiendo más nuestros propios criterios que los que regularon su vida.

-Esta manera de representar a María tal vez nos puede enfriar nuestra cercanía a Ella, pues, en el fondo nos gusta 
lo sencillo, lo humilde, y María reconoció que el Señor "se fijó en la pequeñez de su esclava" (Lc. l, 48).
Dios tiene unos criterios que son los que sigue María, y no coinciden con los nuestros en muchos casos, mejor dicho, nosotros no hacemos que los nuestros coincidan con los suyos; seguimos moviéndonos en un mundo de 

apariencias y dejamos de valorar aquello que de verdad da sentido a nuestra vida.

- Si queremos ser fieles en las representaciones que hagamos de María, tenemos que reflejar la sencillez, el servicio, el estar pendiente de todo aquel que la pudiera necesitar, es la actitud que tuvo y tiene María.

- No debemos reproducir nuestros gustos y criterios personales como si fueran su impronta, sino que debemos reflejar los que Ella tenía, que indudablemente es lo que nos arrastrará a seguirla e imitarla.
Lo sencillo tiene una gran capacidad de convocatoria y de seguimiento.