María Templo del Espíritu Santo

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

 

Dios está en todas partes por esencia ( dándoles el ser ), por presencia ( nada se escapa de su amorosa mirada ) y por potencia ( sometido todo a su voluntad ).
. En los lugares sagrados Dios hace notar más su presencia, el hombre allí se relaciona con Dios de una manera especial, no única, todas las religiones tienen sus lugares de acercamiento a la divinidad, serán recintos o lugares abiertos. En esos lugares el respeto y la veneración se hacen notorios al mismo tiempo que se crea un ambiente apropiado para comunicarse con Dios. Para los católicos dentro del templo tiene una importancia especial el lugar ocupado por el sagrario, en donde se guarda a Jesús Sacramentado.
. Todos los que disfrutan del estado de gracia son llamados "templos de Dios" (1Cor. 3, 16), la mejor morada que tiene en la tierra Dios es el alma en gracia. Esto lleva consigo un respeto por la dignidad en que se ha constituido, pues, al crear Dios al hombre lo ha hecho no sólo a su imagen, sino a su semejanza.
. El mejor "retrato" de Dios es el alma en gracia santificante, es tal la semejanza que no sólo hay parecido más o menos conseguido, sino participación de la misma naturaleza divina por la que se hace santa e hija de Dios.
. Estos distintos lugares de presencias distintas de Dios ha sido superadas en María, ya que además de su condición de criatura y de persona cristiana (al ser la primera que se benefició de la obra redentora llevada a cabo por su Hijo y de manera eminente al verse limpia siempre de pecado, la "llena de gracia") Ella fue la que en su seno tuvo al Hijo de Dios, quien allí tomó la naturaleza humana, y es la única que puede ostentar por privilegio divino la condición de Madre de Dios.

. El templo del seno materno de María fue habitado por el Hijo de Dios hecho hombre con la intervención del "poder del Altísimo", de la intervención con carácter excepcional del Espíritu Santo, San Lucas nos dice: "Por eso lo que va a nacer será santo y será llamado Hijo de Dios" (Lc. 1, 35).
. El Evangelista presenta al Espíritu Santo como el gran protagonista del acontecimiento de la Encarnación. El templo de Dios, que es Jesús, ha sido "edificado por el Espíritu Santo y la virtud del Altísimo en el seno de la Virgen" ( Orígenes ).
. Juan Pablo ll afirma: "La concepción y el nacimiento de Jesucristo son la obra más grande realizada por el Espíritu Santo en la historia de la creación y de la salvación" (D et V. 50).
. María contribuyó con su aceptación libre de ser Madre de Jesús a que se difundiera en el mundo la vida misma, que renueva todas las cosas. Ella enriquecida desde el primer instante de su concepción con esplendores de santidad del todo singular es saludada por el ángel por mandato de Dios como la "llena de gracia" (Lc. 1, 28). Por eso no es de extrañar que entre los Santos Padres fuera común llamar a la Madre de Dios toda santa e inmune de toda mancha de pecado y como plasmada por el Espíritu Santo y hecha nueva criatura (L.G. 56).
. El Espíritu Santo, agente de la santificación, no encontró ningún obstáculo en María para hacer en una criatura: La llena de gracia y la Madre de Dios. La fidelidad de María a toda inspiración del Espíritu hace de Ella la criatura más excelsa, la virgen más fecunda y el modelo atrayente de todas las virtudes.
. El Espíritu Santo habita en la Iglesia y en el corazón de los fieles como en un templo ( 1Cor. 3, 16; 6, 19 ). María es un miembro preeminente por ser Madre de la Iglesia e Hija esclarecida de la misma por la plenitud de gracia.
. La santidad no podemos separarla del Espíritu Santo, a quien se atribuye. María, que goza de la santidad en grado máximo, desde su Inmaculada Concepción fue hecha por el Espíritu Santo templo de Dios.

. Qué criatura como Ella tuvo más íntima relación con el Espíritu Santo?. En quién mejor que en Ella oró el Espíritu y dio testimonio de su adopción como hija? (Gal. 4, 6; Rom. 8, 15 - 16, 26).
. Los privilegios de María todos tienen su fundamento o están en función de que es Madre de Dios.
. En la advocación que hace el cristiano a María en el misterio de la Encarnación, como es en el rezo del Ángelus, lleva implícita siempre la honra al Espíritu Santo, que fue el inefable artífice de la misma; lo recordamos de manera explícita, cuando proclamamos en el Credo: "Creo que Jesucristo, su Único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de Santa María Virgen".
. En el Cenáculo, estando en oración con los Apóstoles, fue inundada por el Espíritu Santo, desde aquel momento comenzó Ella a ejercer su condición de Madre de la Iglesia.