María la impronta de Dios

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

 

Al rezar el Credo la primera verdad que profesamos es que Dios es Creador, esto nos pone en expectativa, pues, la Sabiduría Eterna no repite ningún molde para sus obras.

.- Todo lo que nos rodea es bueno, porque ha salido de las manos de Dios, pero cuando creó al hombre lo vio "muy bueno", ya que lo había hecho a su imagen y semejanza (Gn. 1, 27).
.- La grandeza del hombre le acarreó su perdición con el pecado, pero no por eso fallaron los planes de Dios, pues, su capacidad creadora hizo la maravilla de toda la creación, y en su mente divina estuvo siempre MARÍA como esperanza positiva de toda la humanidad. Ella fue la gran "novedad" con la que Dios nos impactó, pues, fue "la llena de gracia", la criatura más semejante a Dios, la que tendría siempre una íntima relación con el Eterno, ya que sería:
La Hija Predilecta del Padre,
La Madre del Verbo Encarnado,
El permanente Sagrario del Espíritu Santo.

.- "Sólo Dios hizo grandes maravillas" y después de la Encarnación no hay obra divina más excelsa que María.
Su condición de Madre de Dios le exige estar" a la altura de las circunstancias", no en valores materiales, sino en espirituales, por eso cuando vino a este mundo "estaba llena de gracia", que no se estacionó, sino que en Ella iba aumentando al corresponder a cada una de las gracias recibidas.

.- María es la impronta de Dios en la que resplandece su imagen tan nítida que sólo la supera Cristo en perfección moral y espiritual, siendo sagrario permanentemente viviente de la Santísima Trinidad.
.- En María Dios nos dio a la humanidad el modelo que había escogido para toda la creación. Ella es la esperanza positiva, pues, su condición de criatura expresa optimismo para todos. Siempre nos la presenta la Biblia en estrecha relación con Cristo Redentor desde el Gn. 3, 15 hasta el Ap.12,1-7: Es la mujer del Protoevangelio, la Virgen Madre que profetizó Isaías, la Esposa del Cantar de los Cantares y la "Mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y con una corona de doce estrellas".
Cuando llegó el tiempo en que el Mesías iba a realizar la Redención, quiso "nacer de una mujer" (Gal .4, 4), que sin dejar su condición de criatura llega a la altura de la dignidad nunca por Ella ni por nadie soñada, la de ser Madre de Dios. Qué vio Dios en Ella para elegirla como Madre?: Los privilegios con que la había adornado orientados a la misión, que le iba a confiar, y la sencillez en la respuesta por su parte a tantas gracias recibidas de Dios.
.- La gracia santificante nos hace partícipes de la naturaleza divina y nos llamamos con todo derecho "hijos de Dios", esto lleva consigo la impronta, la huella de Dios en nuestras vidas. Nadie como María participó en grado tan eminente de la gracia, por eso nadie como Ella reproduce en su vida la impronta de Dios, aquí es la Madre la que se parece al Hijo.
.- Dios con María superó nuestras hipotéticas predicciones y sugerencias. La plenitud de gracia de María proclamada por el mensajero divino no cabe en nuestras categorías humanas pequeñas y raquíticas. Dios hace todo a lo grande, "a lo Dios".