María no es miss, es más

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

 

. En el mundo en el que vivimos, donde predomina la inestabilidad, lo efímero, lo fugaz, en donde el compromiso serio y verdadero causa miedo, no podemos caer en el error de que todo ha sido medido por el mismo rasero.

. Los viejos líderes e ídolos de ayer han caído, pero el amor orientado a María no pasa, ya que su razón de permanencia en nuestras vidas se debe a su condición de Madre de Dios y Madre nuestra.

. Hay épocas en las vidas de las personas, que hasta que no se consoliden en una madurez afectiva e ideológica, pueden fluctuar en las muestras de amor a María; pero siempre en el fondo existe un afecto y un cariño hacia la Madre común, María.

. La gloria de los ídolos modernos es cada vez más efímera, mientras que el aprecio a María no decae con el paso del tiempo como se demuestra en las expresiones de amor devocional (publicaciones, visitas a Santuarios, etc..) hasta el punto de llamar a nuestro siglo La Era de María.

. María es la mujer que es punto de atracción para todos aquellos que llegan a contactar con Ella. Es admirable por su sencillez a pesar de tener una sublime grandeza Quién como Ella se puede llamar Madre de Dios?.


. El reinado efímero y engañoso de las miss conseguido por su atractivo físico no aguanta el paso del tiempo, que las destrona al año de su proclamación y las reduce al olvido en un pequeño lapso de tiempo. No sucede así con María proclamada Reina del Universo, pues, este título se basa en su condición de Madre de Dios, realidad ésta que es permanente y sólida en su vida.

. Si el amor es imperecedero, María Madre del Amor Hermoso estará siempre presente en los corazones de quienes un día la descubrieron como su Madre.

. La incombustible presencia de María en la historia sirve para afianzar más el amor, el aprecio y el cariño hacia la Madre, que nos quiere, nos aprecia y nos ama.

. Desde que Cristo vino a la tierra, María se nos ha hecho imprescindible para nuestra vida, pues, Ella al ser el camino, que eligió Dios para llegar a nosotros, quiere que lo recorramos nosotros a la inversa para llegar a Jesús.

. La gloria efímera atribuida a los reinados terrenos por los que pisamos esta tierra no tiene comparación con la que Dios da a su Madre y que sus hijos intentamos darle aquí, en este mundo, para continuar después en la gloria.

. Los reinados de esta tierra están heridos de caducidad: Hoy rey, mañana cadáver (Eclo 10, 10),
Los que participan de un reino que es del otro mundo tienen una perenne consistencia por estar basado en el amor que no pasa, por eso María no es miss, es más.