Silencios de María 

Padre Tomás Rodríguez Carbajo  

 

1.- Ante el Misterio.

. Ante el misterio que se le presenta en la Anunciación Ella de manera racional pregunta sobre el modo de realizarse, y, una vez que ha sido informada, acepta humildemente la propuesta de Dios.

. No pide razones a Dios de por qué la ha escogido a Ella, es consciente de que no es un premio, sino un don que el Creador le ha hecho, de ahí que su razonamiento sea el proclamarse la esclava del Señor: La disponibilidad total y absoluta ante los designios de Dios.

. Ante la grandeza del misterio lo que resulta más lógico es ensimismarse en él, profundizar en sus riquezas insondables y tomar la actitud de alabanza y agradecimiento a Dios por todo lo que ha hecho.

. María conocedora de lo que Dios ha hecho en Ella se recoge interiormente para saborear las maravillas, que en Ella se han realizado, no desparrama su atención en algo que le pueda distraer.

. Ante la Palabra de Dios, que venía a vivir con los hombres María guardaba silencio, no lo pregona a los cuatro vientos, su respuesta es la fe.

. Dios entró de puntillas en este mundo y lo hizo de la mano de María.

2.- Ante los acontecimientos.

. María era consciente de lo que más tarde nos diría San Pablo: Para el que ama a Dios todo colabora para su bien (Rom. 8, 28), por eso más que pedir cuentas a Dios de lo que acontecía en su vida, quería leer los designios de Dios, que no siempre cuadran con los de los hombres.

. Ante la ley del empadronamiento vio cómo se cumplía la profecía de que el Mesías nacería en Belén, la ciudad de David, de quien sería descendiente. Había aceptado ser la Madre del Mesías y todas las piezas del puzler mesiánico tenían que ir encajando. Sin quejas por los trastornos naturales de un viaje molesto en sí, pero mucho más por el estado avanzado de gestación en que Ella se encontraba, acepta en silencio los planes de Dios.

. De la misma manera actuó en la huida a Egipto y en los ordinarios acontecimientos de la vida privada de Jesús. Ella lo guardaba todo en su corazón, no quería corregir la norma de conducta de su Hijo, quien siendo la Palabra de Dios había escogido el silencio, la humildad, el anonadamiento como medio de comunicarse con el hombre.

. El silencio nos da las lecciones sin estridencias ni molestias, sino con suavidad y delicadeza, produciendo de esta manera una gran eficacia en aquellos, que están atentos a las distintas maneras que tiene Dios de comunicarse con nosotros. La lluvia que cae suave penetra en la tierra mejor que la que lo hace de manera torrencial.

. Ante las continuas lecciones que recibía de su Hijo, la Palabra de Dios hecha hombre, María callaba, guardaba silencio, era la mejor y la más lógica respuesta que podía dar.