La mejor escuela

Padre Antonio Orozco 


La mejor es, sin duda, la escuela de Santa María, escogida por Dios mismo cuando quiso hacerse Niño y aprender a ser Hombre. Ella es Sedes sapientiae, Asiento de una sabiduría más antigua que el mundo. La Liturgia pone en labios de la Madre de Dios estas palabras de la Escritura: Antes de los siglos, desde el principio me creó, y por los siglos subsistiré. No es, éste, un principio de orden cronológico, sino de lógica divina, trascendente al tiempo. Antes del comienzo de la creación, Dios tiene en su mente la criatura de insuperable belleza, compendio de toda humana perfección.

Es la que puede decir: El Señor me estableció al principio de sus tareas, al comienzo de sus obras antiquísimas. En un tiempo remotísimo fui formada.

Por eso, hay un clásico que le canta:

Fuera de Dios no hay quien sea
tan antigua como vos.

Y le hace decir Quevedo:

Soy más antigua que el tiempo (...)
Infinitos siglos antes
que criara el firmamento,
ya él me había criado
en mitad de aquel silencio.

Pero oigamos la voz autorizada: "Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda sobre la faz del abismo; cuando sujetaba el cielo en la altura, y fijaba las fuentes abismales. Cuando ponía un límite al mar, y las aguas no traspasaban sus mandatos; cuando asentaba los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él, como aprendiz, yo era su encanto cotidiano..."

Fuente: Colección Arvo, Nº 130. Año XII