María Madre de la Iglesia

Padre Tomás Rodríguez Carbajo


A raíz del Vaticano Segundo se ha incrementado la veneración en formas diversas a Nuestra Señora bajo eL título de "Madre de la Iglesia". El ha querido estudiar la identidad de la Iglesia, todos sabemos el puesto que ocupa dentro de ella María, bien nos lo ha enseñado la Constitución dogmática sobre la Iglesia.
Pablo VI había dicho que el cristianismo no es la religión de María, pero tampoco es la religión sin María, pues, todo cristiano (por lo tanto miembro de la Iglesia) tiene que ser mariano, ya que hay razones más que suficientes para tenerla como Madre, no sólo de cada uno en particular, sino de todos los creyentes en Cristo como Salvador, quien tuvo por Madre a María.
Cristo dejó una sociedad estructurada con elementos muy variados y distintos, para que por ella se nos aplicase a nosotros la salvación, que había conseguido, nosotros le llamamos Iglesia, ésta aparece como tal el día de Pentecostés, y como Madre del Cristo Místico que aquel día aparecía estaba María.
Su oficio de Corredentora y Medianera le dan motivos más que suficientes, para que nosotros la llamemos Madre.
El Cristo físico tuvo como Madre a María y el Cristo Místico (ese Cristo prolongado en el tiempo, al que llamamos Iglesia, que en definitiva es Cristo más nosotros) tiene la misma Madre, María.
Como broche de oro al estudio hecho por los Padres Conciliares del Vaticano Segundo sobre la Iglesia fue la invocación solemne de Pablo VI al clausurar la 3ª. sesión del Concilio, aprovechó aquel momento para proclamar "Madre de la Iglesia ", reconociendo así la protección materna' de la Virgen sobre el pueblo cristiano desde sus comienzos. Dijo el Papa: "Para gloria de la Virgen y consuelo nuestro, nos proclamamos a la Virgen, Madre de la Iglesia, es decir, de todo el pueblo de Dios, así de los fieles como de los pastores".
El Papa reconoce que este título no se lo ha inventado él, pues, está en términos equivalentes en la tradición de la Iglesia, ya en S. Agustín y San Anselmo, también al final del siglo pasado en una encíclica la emplea León XIII.
Juan Pablo II ha concedido ya en marzo de 1980 el que se pueda incluir en las letanías en honor de María esta invocación de "Madre de la Iglesia ", su lugar está después de la de Madre de Cristo.
Cristo e Iglesia son dos realidades que. no se pueden separar. Nosotros somos de Cristo cuanto somos de la Iglesia. María es Madre de Cristo y de la Iglesia.