La moral mariana

Méritos de la Virgen María

Congregación para el Clero. Santa Sede Vaticano

 

Para tener un mérito es necesario que la buena acción sea ejecutada conscientemente, en estado de gracia y amistad de Dios, y con rectitud de intención. 

La Santísima Virgen María, no solamente vivía en continuo estado de gracia e intimidad con Dios, sino que en ella como ya lo hemos visto, ese estado era de plenitud. 

Sus acciones, procedentes de una creatura tan perfecta en cuerpo y alma, libre de las taras del pecado original y de los malos efectos del pecado personal, fueron necesariamente humanas y conscientes en el más fino sentido de la expresión. 

La intención de las obras virtuosas de María era siempre la de agradar a Dios y cumplir con su voluntad, de manera que por su mente purísima no podía ser llevado por otra inclinación que por la del más puro amor de Dios, como convenía a su Maternidad Divina, y de los hombres, como convenía a su íntima relación con el Redentor. 

De la Virgen debe aprender también el cristiano la rectitud de intención que debe reinar en todas sus actuaciones, si es quiere hacerse merecedor de las recompensas que Dios tiene prometidas a los que de veras lo aman. 

Fuente: clerus.org