La moral mariana

Otras devociones cotidianas a la Virgen

Congregación para el Clero. Santa Sede Vaticano

 

Una de las más extendidas es la práctica de "angelus", que consiste en saludar a la Virgen con la recitación de tres Avemarías intercaladas con la evocación del misterio de la Anunciación, tres veces al día: al amanecer, al mediodía y al crepúsculo. "Este triple saludo de cada día (que suele ir señalado con el toque de las campanas en los templos) no surgió junto, ni al mismo tiempo ni en el mismo lugar, sino que surgió en varias épocas y en lugares diversos. Primero surgió el saludo vespertino. A él se le añadió el matutino, y más tarde se enlazó con el meridiano. Este proceso evolutivo abraza tres siglos: el XIII, el XV y el XVI. 

Otra práctica diaria es el rezo de las "Letanías", serie de cuarenta y nueve invocaciones a Nuestra Señora con diversos títulos entresacados de la Sagrada Escritura y de los Santos Padres. Letanía viene de la palabra griega "Litaneuo" que significa "yo ruego", que es la respuesta a cada invocación "Ruega por nosotros". La fórmula más aceptada y consagrada en todas partes es la de las llamadas "Letanías lauretanas" o de Loreto, aprobadas definitivamente por el Papa Sixto V en l587. 

Otra práctica cotidiana muy extendida es la de concluir el rezo del rosario mariano con la "Salve".

Fuente: clerus.org