La moral mariana

María en el oficio divino

Congregación para el Clero. Santa Sede Vaticano

 

El Oficio divino, oración oficial de la Iglesia, consagra al honor de Dios las diferentes horas del día y de la noche con salmos, antífonas, himnos, trozos escriturísticos y oraciones. En estas ocasiones también la Iglesia saluda a Nuestra Señora en su oración oficial, con las antífonas que, según la diversidad de los tiempos, se cantan al culminar la oración del día en "Completas": 

a - " Alma Redemptoris " en tiempo de Adviento y Navidad,

b - " Ave Regina Caelorum " en tiempo de cuaresma y pasión,

c - " Regina caeli, laetare ", en tiempo pascual, y 

d - " Salve, Regina " en la prolongación del tiempo de Pentecostés. 

Además de esto, en la hora de Prima, que se ha rezado desde la Edad Media hasta su reciente supresión parcial (para el rezo de los no obligados al coro) por el Concilio Vaticano II, se dice esta plegaria: 

" Santa María y todos los Santos intercedan por nosotros al Señor, para que merezcamos ser ayudados y salvados por El..." 

Existen también en el rezo diario de la Iglesia diversas fórmulas que corresponden a las festividades o que se recitan como "oficios votivos". Y aún más, resulta ahora muy significativo que, además de la consagración litúrgica del sábado mariano en el oficio y la Misa en honor de Nuestra Señora, el lugar que la Iglesia concede en su oración pública a la Virgen, si se considera que innumerables Institutos Religiosos y aun personas particulares, congregantes o terciarios, rezan, en lugar del Oficio Divino propio de los clérigos, el llamado "Oficio Parvo", que está compuesto, a semejanza del mayor, de salmos, antífonas, himnos, lecciones y oraciones en honor de Nuestra Señora. Y es digno de notarse que, según la declaración de su santidad Pablo VI, la Iglesia reconoce de una manera expresa a este rezo como parte de su oración oficial. 

Fuente: clerus.org