María, nuestro modelo

Arzobispado de Huancayo, Perú 


(Fue una Mujer de pueblo, sencilla, humilde que sólo se distinguía de las demás mujeres de Nazareth por su entrega total a Dios. Como todos los demás habitantes iba todos los días a la fuente de agua; por muchos años su principal ocupación fue cuidar con toda solicitud a José y al Niño, barriendo, cocinando, tejiendo. En fin, dedicada a las sencillas y monótonas tareas de su hogar. Nunca escribió un libro o dictó una conferencia; nunca caminó con cetro en la mano ni corona en la cabeza, ni lució costosas joyas ni vistió ricos vestidos, una mujer del pueblo no puede darse semejantes lujos. Esta pobreza llevada hasta el extremo la podemos ver en Belén cuando al dar a luz a su Hijo lo ha recostado en un pesebre; la vemos también, cuando sigue a Jesús por los caminos polvorientos de Palestina; y al pie de la cruz llorando la muerte prematura de su Hijo.

Fue una creyente, por ello es modelo de una fe muy grande ya que siempre tuvo el corazón abierto para cumplir en todo la Palabra de Dios. Siendo María aún muy joven le envió Dios un ángel para proponerle ser la Madre del Mesías. Ella, sin acabar de comprender plenamente los planes divinos, contesta con la famosa y conocida frase del "hágase en mi según tu Palabra". Palabra que deberíamos repetir todos los creyentes para poder imitar a nuestra Madre y como Ella, tener el corazón abierto para escuchar la Palabra de Dios y ponerla por obra en nuestra vida diaria.