María "La Virgen"

Padre Tomás Rodríguez Carbajo 

En el campo de la humanidad abundan los abrojos, que perjudican el cultivo de las flores de muchas virtudes. El estío del materialismo seca los brotes de la piedad, dejando al alma de muchas personas sin el fértil riego de los valores del espíritu en sus distintas dimensiones, personal, social y trascendente. 
Como toda regla tiene sus excepciones, también en nuestro caso existe una muy notable, María, la Madre de Dios. En el jardín de su alma cultivo todas las virtudes, cada una de ellas con un desarrollo eminente. Hay una que nos llama tal vez mas la atención, es la de su pureza integral, hasta el punto que el nombre de esa virtud nos sirve para denominar la y así usamos indistintamente su nombre "María" y el de "La Virgen". 
María rompió con el anhelo profundo de toda mujer judía, que quería con su maternidad prolongar alguna rama del tronco de Jesé, y así poder contar entre sus retoños al Mesías prometido. Esa castidad virginal fue ofrecida libremente a Dios como el camino para no desviar la dirección de su corazón, que quería orientarlo sólo hacia Dios. Fue el amor quien le hizo consagrarse totalmente, en cuerpo y alma, a su Dios, este fue el único motivo, no como el de la hija de Jefe, el galaadita, que vagó durante dos meses por los montes, llorando con sus amigas su virginidad (J.C.11,37), pues, consideraba un oprobio el no "haber conocido varón". 
Como Dios no se deja ganar en generosidad, premio a María su sacrificio con el don de la maternidad, y fue el camino de la virginidad el que escogió'6 Dios para hacerse hombre, resultando Mar.1:a ser virgen y madre al mismo tiempo, como lo habla anunciado con la debida ante la cien por medio de Isaías, 4,14, dejando como señal del poder divino esta inexplicable coexistencia la condición de virgen y madre, también nos es inexplicable humanamente el fruto de esa maternidad: Dios y hombre. 
El amor a la pureza en María le hace posible una entrega total y sin reservas a Dios. San Selmo nos dice que María prefirió ser virgen a ser madre de Dios, ya que no aceptó esta inmensa dignidad, hasta que se cercioró de que su pureza quedaría sin sufrir detrimento. A María la llamamos "la Virgen" por antonomasia. Ella supo vivir la virginidad de una manera distinta a como la vivieron en la antigüedad otras personas, v.gr. las Vestales de Roma, seis jóvenes vírgenes encargadas del fuego, que continuamente debía arder ante el altar de la diosa Vesta, eran escogidas entre los seis y doce años, su pureza absoluta era colmada de grandes honores, pero eran horrorosos castigos las que las obligaban a guardar su virginidad, ya que, cuando a los 40 años quedaban libres del culto a la diosa y de sus obligaciones virginales, frecuentemente abandonaban la virginidad, despreciando los honores casi divinos, que se les hubiesen tributado en el caso de permanecer Vírgenes. 
María guardó su virginidad por amor exclusivo a Dios, dejando a un lado las condiciones de oprobio, que para muchos tenía, despreciando los honores humanos que algunos la rodeaban: 
"Yo era virgen a gusto. 
La pradera del alma me brillaba, 
y nadie nunca se atrevería a pisarla, 
sin que hubiera ni puertas ni cerrojos, 
protegida por un velo invisible". 
(Apócrifo de María .J.L. Martín Descalzo). 

Ella vivió la doctrina del Evangelio, que si no habla mucho de esta virtud de la pureza, si la eleva en el concepto de los que quieren seguir a Jesús (Mt.5,27-30).Numerosos hechos de la vida de Cristo ennoblecen esta virtud, vivió en virginidad y se rodeó en su vida mortal de vírgenes: María, José, el Precursor, Juan el Apóstol. EI Apocalipsis 14,1-5 nos dice el premio especial, que Dios reserva a los que guardan esta virtud. 
A través de la historia no solo se le ha invocado a Mar!1::a como "la Virgen", "La Virgen María", "La Purísima","Reina de las Vírgenes", tarde Castísima", "Madre sin mancha", "Madre Inmaculada"; también se le ha imitado, teniendo esta virtud como un gran tesoro, viviéndola con alegría y conservándola con heroísmo. En todas las épocas de la historia tenemos ejemplos, v.gr. Santa Cecilia, Santa Inés, Santa Agueda, quien rechazando unas nupcias ventajosas, declina:"Tengo ya otro amante mejor Jesucristo"; en tiempos más recientes tenemos a Santa María Goretti, Josefina Vila seca, etc... 
María en su tiempo fue la "Santa Virgen de las vírgenes". Dios unió un aspecto singular a la maternidad de Mar[a :Ser madre sin dejar de ser virgen. 
Los cristianos desde los primeros tiempos en la profesión de fe, contenida en el Credo, decían : "Jesús fue concebido de una Virgen por obra del Espíritu Santo".
A finales del s.V la virginidad perpetua de María se entendía "como virgen antes, en y después del parto". 
En el ss.VIl nos dirá S. Ildefonso, obispo de Toledo, quien escribió la mejor monografía patrística Sobre la Virginidad perpetua de María": 
"Si busco a la Madre veo que es Virgen. Si busco a la Virgen veo que es Madre y esta virginidad se encuentra siempre incorrupta, siempre perfecta, siempre inviolada". 
Los católicos reconocen el valor de esta virtud de la pureza de María en la oración de : 
"Bendita sea tu pureza, y eternamente lo sea, 
pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. 
A Ti, celestial Princesa, Virgen sagrada, María, 
Yo me ofrezco desde este día
Alma , vida y corazón.
Mírame con compasión.
No me dejes, Madre mía.