María Estrella de la Evangelización

 

Padre Antonio Rivero L.C

 

 

María, ¿qué más decir de ti? ¡Cómo quisiéramos expresarnos correctamente para que pudiéramos comprender mucho mejor tu puesto dentro de la Iglesia!
Si, María es acción maternal dentro de la Iglesia. María madre de la Iglesia, la llamó Pablo VI, y la llamamos nosotros.
Pero también María es presencia ejemplar, es paradigma, es modelo en la Iglesia. A ella tenemos que mirar para aprender a ser miembros que fieles y comprometidos de la Iglesia.
Es modelo para los consagrados, ya sea contemplativos, ya sea activos, por su entrega radical al Señor.
Es modelo para los Pastores, por su espíritu de servicio desinteresado al pueblo de Dios.
Es modelo para todos los fieles por su identificación con el Hijo y por su docilidad y disponibilidad al Plan de Dios.
María también es modelo para la causa del ecumenismo, pues es lazo de unión como madre con sus hermanos separados de la Iglesia católica. Es madre de la unidad.
María es modelo para todos los que sufren, pues ella atravesó también el Getsemaní del destierro, la soledad, y el Calvario del sufrimiento y del desprecio. Pero ella se mantuvo fiel y firme en su fe.
Por todo lo dicho, convengamos: no podemos separar nunca a María de la Iglesia. Por eso el amor a la Iglesia se traducirá en amor a María y viceversa, porque la una no puede subsistir sin la otra. Así dijo Pablo VI en Marialis Cultus 35.
María es modelo de evangelización. Es más, Ella es la Estrella de la Evangelización. ¿Qué es la evangelización? Es vivencia y proclamación de la persona y mensaje de Jesús. ¿Quién mejor que María para enseñarnos a evangelizar? Ella, que es Evangelio vivido, pues ese Evangelio se hizo carne en su seno.
María es Estrella de la evangelización porque conduce, señalando inequívocamente el camino a seguir. Orientarse por su ejemplo y su palabra es la mejor garantía para alcanzar con seguridad el objetivo: Dios y su reinado entre nosotros.
María es Estrella de la evangelización porque brilla y con su luz ilumina a aquel que nos sacó de las tinieblas del pecado y nos hace vivir en la luz de la gracia. En la Virgen resplanden de manera admirable todos los valores evangélicos. Ella es un “catecismo viviente”, un libro abierto donde en forma sencilla y clara están contenidas todas las verdades de la e.
María es estrella de la evangelización porque atrae e impulsa a seguir su ejemplo de total adhesión al Señor. Redimida como nosotros, la Palabra encuentra en ella la mejor acogida y se vuelve vida en abundancia, su ejemplo posee una fuerza de atracción especial porque es cálido y cercano. María, mujer totalmente evangelizada, evangeliza con su sola presencia. Cada encuentro con la Virgen es un encuentro con el Evangelio. Es invitación y estimulo a la vivencia de los valores más nobles y positivos, aquellos que impulsan al hombre y a las naciones a su plenitud.
Termino con la famosa frase de San Bernardo de Claraval donde nos exhorta a mirar siempre la estrella, a invocar a María:
“No apartes tus ojos del resplandor de esta estrella, sino quieres ser oprimido por las barracas. Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas en los escollos de las tribulaciones, mira a la estrella llama a María.
Si eres agitado por las olas de la soberbia por la detracción, por la ambición, por la ambición, mira a la estrella, invoca a María. En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María invoca a María. No se aparte María de tu boca, no se aparte de tu corazón, y para conseguir la ayuda de su intercesión, no dejes de seguir el ejemplo de su vida.
Si ella te tiene de la mano, no caerás;
Si ella te protege, no tienes que temer.”

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