Modelo de todas las Madres

Padre Ramón Aguiló sj.

 

Las Comunidades Humanas. Los Hombres y las Mujeres de muchas naciones, de muchos países, no se olvidan de las madres. No abandonan normalmente el pensamiento, el recuerdo, de aquella mujer que les dio el ser. Por esto celebran el DÍA DE LA MADRE. Lo suelen celebrar un día del Mes de Mayo, aunque también hay otras variedades. Y es que el Mes de Mayo tiene un encanto muy especial. En los países de Europa y en general para todos los países que se encuentran en el hemisferio Norte, el Mes de Mayo trae la belleza de la Primavera, de las flores, de los jardines. Y por todo ello, nos ayuda a recordar a aquella mujer que nos dio la existencia humana, y a la que tanto recordamos todos, los niños, los jóvenes, los mayores, los ancianos, los viudos. La primera palabra que todos hemos aprendido es la palabra: “Mamá”, “Mami”. Es la palabra que decimos con más afecto, con más sentimiento, con más alegría, con más amor.  
Es verdad que, en muchas ocasiones, el Día de la Madre se presenta más bien como un día de grandes realidades comerciales. Si Tú, María, paseas un poco por las calles de las grandes y pequeñas ciudades del mundo y miras hacia los escaparates de las tiendas, verás algunas llamadas escritas a la cercanía del DIA DE LA MADRE. 
 
Pero lo importante es el afecto, el amor que tenemos, que experimentamos hacia nuestra Mamá que, en muchas ocasiones, por desgracia, ya ha muerto, ya nos ha dejado. 
 
Las Comunidades Cristianas.  En la iglesia también recordamos a nuestras mamás, y rezamos por ellas, y ofrecemos el Santo Sacrificio de la Eucaristía por ella, para que Dios la tenga consigo, dándole el premio que se ha merecido. Esto es lo que suele suceder en las comunidades normales. Por desgracia, como te contaré, María de Nazaret, en algunas ocasiones, las familias se convierten en centro de odio y de violencias. 
 
No es nada raro que los medios de comunicación Social nos den las tristes informaciones de hombres que han asesinado a su querida mujer, a su esposa, a veces a los propios hijos, y también suceden hechos violentos al revés: mujeres que matan a sus esposos, a sus propios hijos e hijas. Y también son muchas, por desgracia, la mujeres, que matan a sus hijos o hijas antes de que nazcan, cuando todavía están en su propio seno. 
 
Los Hombres y las Mujeres Cristianos y Cristianas que quieren seguir el camino que nos señala tu Hijo, Jesucristo, no realizan estas violencias llamadas “Violencias de género”. Y es que todos nosotros tenemos el ejemplo maravilloso, impecable, inmaculado, de una Madre que es la Madre de Dios, la Madre de Jesús de Nazaret, la Madre de toda la Iglesia, la Madre de todos nosotros.  
TÚ ERES LA MADRE EXCEPCIONAL. ¡Qué alegría experimento todas las mañanas, cuando abro de par en par las ventanas de mi habitación, miro hacia el universo, contemplo los hermosos templos cercanos, donde está tu Hijo, Jesús realmente presente en la Sagrada Eucaristía y finalmente puedo detener mis ojos sobre una montaña en la que se levanta un hermoso monumento, donde estás Tú, a la que llamamos en esta ocasión. “Señora de la Paz”. Esta imagen, cuando el mundo está sin los resplandores del sol, se ilumina por unos focos eléctricos. Y así puede ser contemplada durante toda la noche, por los que te amamos, Madre.  
Tú te mereces todo nuestro cariño. Y yo quisiera expresártelo con estas buenas y sinceras palabras en el e-mail que te envío hoy. Madre, protégenos a todos los que te amamos, protege también a los que te han olvidado. Las madres de la tierra lo hicieron, lo hacen y lo harán, siempre. Porque la gran mayoría las recordamos. 
 
No nos olvides. Te digo una vez más, María, que te amo mucho, y quisiera también expresarte el gran amor que te tienen los hombres y las mujeres que queremos escuchar a tu Hijo, Jesús, y practicar lo que Él nos ha enseñado y nos enseña cada día. Un beso, Madre.