Maria ama de casa

Padre Ramón Aguiló sj.

 

María, Tú has sido una ama de casa ejemplar, pobre, espiritual, serena, pensadora. Tú sabes qué es una Ama de Casa seguramente, porque, en realidad, todas las mamás y todos los demás del hogar se necesitan mutuamente. Conviven, y cada día han de buscar soluciones a los grandes o pequeños problemas que se les plantean. No es fácil vivir tranquilamente para una familia. Tú lo sabes perfectamente. Tu casa era la casa de un trabajador. Y tú has tenido que escaparte de tu casa, con el pequeño casi recién nacido, Jesús, en tus brazos, porque hubo un Rey que lo quería matar. Tú, cuando estuviste tranquila, llevabas una vida muy pobre. Y Tú ibas pensando constantemente lo que te sucedía, guardándolo silenciosamente en tu Corazón maternal. 
 
JOSÉ TU ESPOSO. Yo me imagino a José el Carpintero, como una forma visible de Angel Custodio. José sufrió mucho. Estaba desposado contigo, María, y todavía no habíais convivido, y ya notó que Tú, María, esperabas a un hijo. Aquello fue terrible para un hombre, joven, honrado, que tenía un gran concepto, una idea muy alta, muy perfecta de aquella muchacha que sería su esposa definitivamente unas semanas, unos meses después. 
 
Tú callabas. Habías recibido el anuncio del Arcángel Gabriel, y, después de superar algunas dudas, y después de escuchar las explicaciones que él te daba, aceptaste la Voluntad Divina, y afirmaste con toda claridad: “SOY LA ESCLAVA DEL SEÑOR. HÁGASE EN MÍ SEGÚN TU PALABRA”. Fue una aceptación maravillosa. Sabías, por los profetas, la enorme responsabilidad que aquello significaba, y los sacrificios que el ser Madre del Mesías prometido te acompañarían durante toda la vida.  
Todo esto ha sido aceptado por Ti. Por ellos te proclamaste Esclava del Señor, y siempre dispuesta a que todo sucediera como Dios quería, y había determinado en su misteriosa voluntad. 
 
Pero José estaba cerca de Ti, siempre callado. No se ha conservado ninguna palabra de él. Ningún Evangelista recuerda lo que él haya podido decir, después de aceptar que se cumpliera también en él, la Voluntad de Dios. Silenciosamente sufría, trabajaba, escuchaba, pensaba. 
 
JOSÉ, PADRE DE JESÚS. En el hogar, el Papá tiene también mucha importancia. En algunas cosas quizás más que la Mamá. Él tiene la enorme responsabilidad de mantener a su familia. Generalmente es el Padre el que gana lo suficiente para poder vivir todos, sobre todo cuando los hijos son todavía niños, adolescentes. 
 
José trabajaba de carpintero. Este es un oficio duro. Y lo era más en aquel tiempo en que los instrumentos del trabajo eran muy primitivos, muy sencillos. Algunos martillos. Algunas sierras muy elementales. Mucho polvo. Mucho sudor. Alguna forma de clavos, etc... Y algunos clientes que debían ser atendidos con mucha atención y caridad, con una gran ponderación en los precios. José era así. Un trabajador austero, aunque era el Padre legal del Hijo de Dios, aunque era esposo legal de la Madre de Dios, aunque era descendiente de una familia de nobles antepasados. 
 
SAN JOSÉ OBRERO. En nuestro mundo, María, los obreros tienen mucha importancia y están muy bien organizados. Y es totalmente natural que se asocien para poder conseguir que se cumplan las exigencias de lo que hemos llamado la JUSTICIA SOCIAL. 
 
Las asociaciones de Obreros se llaman Sindicatos. Hay sindicatos de todos los Oficios. Hay sindicatos más revolucionarios que otros. Hay sindicatos que se acercan más a los políticos de Izquierda, y otros que son más centristas. 
 
Los Comunistas que han creado una Historia de Revoluciones a veces sangrientas y otras veces más pacíficas, no se han dejado dominar por los Empresarios y los Patronos. Han surgido grandes Empresas Productoras en todos los campos de las actividades modernas, cada vez más complicadas y cada día más tecnificadas. 
 
Te voy a poner el ejemplo de los coches o de los aviones. Hay muchas empresas que construyen coches cada día más sofisticados, más complejos, más seguros. Y lo propio sucede con los aviones, que vuelan por los cielos a velocidades supersónicas. 
 
Millones de obreros trabajan en todo esto y otras actividades. Y todos ellos dependen económicamente de que su Empresa gane dinero, para poderles pagar. Si no ganan suficientemente, mal asunto. Los obreros serán despedidos, en parte, y tendrán que buscar trabajo en otros sitios. Aunque ahora también ha aparecido la gran idea de los Seguros. 
 
La Iglesia Católica ha deseado siempre introducir ideas cristianas en todos los campos. Y uno de ellos es este humano campo de los trabajadores, que no son carpinteros como José, sino manos y ojos de una empresa que realiza su trabajo de forma ordenada y casi matemática. El obrero o la obrera no hacen más que un gesto, siempre el mismo. Y así se llega a la producción de los objetos programados: Ellos y ellas deben ser bien pagados. Y las empresas están obligadas a buscar y cumplir lo que se llama Justicia Social. 
 
Por todo ello, la Iglesia quisiera cristianizar este campo humano del que trabaja para ganarse el sustento de cada día para él y toda su familia. Todos los que trabajan son libres. Pero a todos ellos y ellas la Iglesia les enseña lo que Jesús quiere, que haya más amor y más fraternidad en todo, también en el trabajo. Por todo ello, la Iglesia moderna ha proclamado a José, el Carpintero, tu esposo legal, el padre legal de Jesús, SAN JOSÉ OBRERO. Y su fiesta se celebra el día 1 de Mayo, Fiesta del Trabajo.