María, ayúdanos

Padre Ramón Aguiló sj.

María, hay momentos en nuestra vida en que pensamos muy especialmente en Ti, porque nos sentimos pequeños, arrollados por las circunstancias. Te sucedió también a Ti en algunas situaciones de tu vida terrenas, cuando vivías, trabajabas, observabas y conservabas todas tus experiencias en tu corazón.

Muchos de nosotros y también muchas mujeres podrían ser llamados HOMBRE, MUJER DE LOS DOLORES.

CADA AÑO FIESTA DE LOS INOCENTES. Cuando estamos celebrando las hermosas y alegres Fiestas de la Navidad de tu Hijo, Jesús, se nos aparece una situación terrible en vuestra vida. El día 28 de Diciembre de cada año, toda la Iglesia Católica celebra la Fiesta de los Santos Inocentes.

Es una Fiesta en la que los celebrantes de la Eucaristía se visten de ornamentos rojos, porque se recuerda que los Inocentes fueron MÁRTIRES. Es algo impresionante. Podríamos decir que todos los Mártires Católicos fueron Inocentes. Pero en este caso del 28 se quiere subrayar algo muy especial. Porque en este día recordamos que unos niños, numerosos niños, fueron sacrificados hasta la muerte, por una monarquía que decidió mantener a toda costa su poder político. ¿Recuerdas aquella triste Historia, María? Tú la has sufrido profundamente en tu corazón de Madre de Jesús.

En cambio, las multitudes cristianas de varias naciones han transformado una Fiesta Terrible en una especie de Película Cómica. En este día se realizan muchas INOCENTADAS. Podríamos decir, que toman en BROMA esta Fiesta de los NIÑOS MÁRTIRES.

Tú, María, conoces perfectamente por qué podemos y debemos recordar ahora, en nuestros siglos, a unos Niños que fueron Mártires, sacrificados con una muerte feroz y prematura, y a los que la Iglesia ha proclamado Mártires de Jesús, TESTIGOS PERSONALES DEL HIJOS DE DIOS. 

Todo se debió a las ambiciones de poder de un pobre Rey, el Rey Herodes, que dominaba una pequeña parte de la nación de los judíos, cuando Jesús era prácticamente un recién nacido.

LA HISTORIA EVANGÉLICA. Mateo, el Apóstol que acompañó a Jesús y que también relató su vida, subrayó con muchos pormenores, lo que le sucedió a vuestra Familia Sagrada, María. 

La Narración se encuentra en su Capítulo 2. Empieza con un momento glorioso para el Niño recién nacido, Jesús. Unos sabios del Oriente vieron y contemplaron una Estrella en el Cielo. Y no tuvieron ninguna duda. Aquello significaba que había nacido EL REY DE LOS JUDÍOS. Viajaron hacia el Occidente, y cuando llegaron a Jerusalén, preguntaron claramente “¿DÓNDE ESTÁ EL REY DE LOS JUDÍOS QUE HA NACIDO? Pues vimos su ESTRELLA en el Oriente y HEMOS VENIDO A ADORARLE.”

Aquella pregunta tan ingenua llegó a Herodes y al pueblo, y todos se sobresaltaron. Se pusieron nerviosos, diríamos nosotros. El Rey consultó a los Sabios de Israel, Sumos Sacerdotes y Escribas. Y todos le dijeron que EN BELÉN DE JUDEA debía nacer el Cristo, el Mesías, el Ungido de Dios. Y los Sabios se fueron a Belén, guiados por la Estrella, adoraron al Niño, y le ofrecieron sus espléndidos regalos. Y se pusieron de nuevo en marcha para regresar a su tierra Herodes les había suplicado que, después del ver al recién nacido, le dijeran dónde se le podía encontrar. Porque pensaba, ya estaba decidido, eliminarlo, matarlo. Los generosos sabios del Oriente recibieron del Cielo un aviso: que no volvieran a entrevistarse con Herodes. Y así lo hicieron. Regresaron al Oriente por otro camino.

Herodes se sentía engañado. Se puso furioso. Y ordenó que fueran ejecutados con la muerte todos los NIÑOS DE DOS AÑOS PARA ABAJO. Quería estar seguro de que el Cristo así, sería eliminado. Pero un Mensajero de Dios, un Ángel, avisó a José. Y todos, José, María que llevaba en sus brazos a Jesús, se fueron a Egipto. Mientras tanto en Israel, centenares de Niños fueron ejecutados. Fueron los SANTOS INOCENTES MÁRTIRES. Celebramos su Fiesta el 28 del Mes de Diciembre cada año.

AHORA TAMBIÉN SE PERSIGUE A NIÑOS Y NIÑAS INOCENTES. María, Tú puedes comprender la tristeza que nos produce un conjunto de hechos, que podríamos llamar también LA MUERTE DE LOS INOCENTES.

Son muchos los casos de Mamás que en nuestros días matan, eliminan a sus propios hijos, no después de nacidos, sino antes de nacer, cuando todavía están en su seno. Esta muerte violenta, inexplicable, se llama ABORTO. ¿Cómo es posible que una madre imite de hecho la ferocidad de aquel Rey tan desgraciado y orgulloso que hizo asesinar a tantos NIÑOS recién nacidos?

Deberíamos buscar un remedio para este mal social y antihumano. Y la solución se resumiría en unas palabras: MADRES, AMAD A VUESTROS HIJOS E HIJAS DESDE EL MOMENTO EN QUE LOS CONCEBÍS EN VUESTRO SENO MATERNAL.

Este amor les exigiría sacrificarse por ellos y ellas. Sufrir por ellos y ellas. Esperarlos siempre con una enorme ilusión. ¿No Te parece así, María?

Ni antes de nacer, ni después de haber nacido se puede eliminar a un hijo. Y digo que tampoco se le puede matar después de haber nacido, porque hay madres y padres que inexplicablemente llegan a eliminarlos, cuando son todavía pequeñitos.

La nueva Vida es siempre hermosa, es una enorme Esperanza. Mamás, Papás amad a vuestros hijos y a vuestras hijas, antes y después de haber nacido. No matéis A AQUELLOS QUE SIN DUDA SON INOCENTES.

Ayúdanos, María, para que todos tengamos un gran respeto al hecho maravilloso de la Vida. De nuestra VIDA PERSONAL. Y también de la VIDA DE LOS DEMÁS, SEAN MAYORES O PEQUEÑOS, NACIDOS O EN FORMA DE EMBRIONES PRQUEÑÍSIMOS. 

Ayúdanos, Madre nuestra, porque necesitamos TU AYUDA MATERNAL. No queremos pecar, ni hacer nada contra las leyes naturales del amor.