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Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo
Padre Marcelo Rivas Sanchez
Lc
1, 26-38
A ejemplo de
la Virgen Inmaculada
que, al aceptar tu voluntad, anunciada por el ángel, recibió en su
seno a tu Hijo, fue llena de la gracia del Espíritu Santo y se
convirtió en templo de la divinidad, concédenos, Padre todopoderoso,
la gracia de aceptar tus designios con humildad de corazón. Por
nuestro Señor Jesucristo... Amén.
Isaías 7, 10-14
Mirad: la virgen está encinta
Salmo 23 Ya llega el Señor, el rey de la gloria.
Lucas 1, 26-38
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo
“En aquel tiempo, el
ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada
Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David,
llamado José. La virgen se llamaba María. Entró el ángel a donde
ella estaba y le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está
contigo”. Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se
preguntaba qué querría decir semejante saludo. El ángel le dijo: No
temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y
a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. El será grande y
será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de
David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos
y su reinado no tendrá fin. María le dijo entonces al ángel: ¿Cómo
podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen? El ángel le
contestó: El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer
de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel,
que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto
mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios.
María contestó: Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que
me has dicho. Y el ángel se retiró de su presencia”
María,
la Virgen
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La primera discípula y evangelizada.
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Al saber escuchar la palabra de
Dios
es capaz de reconocer que la acción de Dios pasa por los
más pequeños y humildes.
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En contraste con Zacarías, María era una mujer joven y
pobre de un pueblo muy pequeño del norte del país.
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Ella recibe el anuncio del ángel, que la sorprende pero
que sabe reconocer la acción de Dios en el anuncio.
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Le dice sí a Dios.
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El signo que pide María no parte de la incredulidad,
sino de la necesidad de poner por obra las palabras del ángel.
La acción de Dios
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Se realiza fuera del templo.
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Es medio de los pobres y abandonados.
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María es triplemente excluida: por mujer, por pobre y
por ser joven.
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Y ahí está la acción de Dios.
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Pero, Dios necesita el Sí consciente de María y de todos
los que se identifican con ella.
Leamos a Isaías
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Nos presenta una realidad más profunda.
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El hijo que nace ría de María sería el Salvador.
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Es decir, que Dios se hace hombre
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Pero no en contra de los hombres
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Se hace hombre pobre y creyente.
Los pobres son…
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Dios actúa en ellos como liberador.
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Dios actúa en lo que el cree despreciable.
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Dios se complace en la acción que realiza.
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Pero no a los pobres de brazos cruzados, sino a los que
se esfuerzan
Un aplauso a la respuesta
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Que significa confianza y fe.
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Ella, a penas podía entender lo que le había sido
explicado.
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Sin embargo, dice “Sí”
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Esa fe será puesta a prueba.
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María se dejó guiar por la fe.
Todo se puede en la confianza a Dios.
No olvidemos que un día ese Dios creció en el seno de María, y
también puede crecer hoy en nuestros corazones.
Oración después de
la Comunión
Protege, Señor, con tu poder a cuantos
has alimentado con esta Eucaristía, y haz que encuentren en este
sacramento la fuente de la paz verdadera. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Amén
Fuente:
autorescatolicos.org
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