Referencias al Corazón de María en la Autobiografía

 

447: ¡Oh Madre mía María! ¡Madre del divino amor, no puedo pedir cosa que os sea más grata ni más fácil de conceder que el divino amor, concedédmelo, Madre mía! ¡Madre mía, amor! ¡Madre mía, tengo hambre y sed de amor, socorredme, saciadme! ¡Oh Corazón de María, fragua e instrumento del amor, enciéndame en el amor de Dios y del prójimo!

488: A mediados de mayo llegué a Barcelona y me retiré a Vich, y hablé con mis amigos los Señores Canónigos D. Soler y D. Passarell del pensamiento que tenía de formar una Congregación de Sacerdotes que fuesen y se llamasen Hijos del Inmaculado Corazón de María. Ambos a dos acogieron muy bien mi pensamiento, y el primero, que era cabalmente Rector del Seminario de Vich, me dijo que tan pronto como salieran los Colegiales o Seminaristas para sus casas a pasar las vacaciones, nos podiamos reunir nosotros en el mismo Seminario y habitar sus cuartos, y mientras tanto Dios nuestro Señor dispondría otro local.

494: Yo me digo a mí mismo: Un Hijo del Inmaculado Corazón de María es un hombre que arde en caridad y que abrasa por donde pasa; que desea eficazmente y procura por todos los medios encender a todo el mundo en el fuego del divino amor. Nada le arredra; se goza en las privaciones; aborda los trabajos; abraza los sacrificios; se complace en las calumnias y se alegra en los tormentos. No piensa sino cómo seguirá e imitará a Jesucristo en trabajar, sufrir y en procurar siempre y únicamente la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas.
830: Este mismo año se ha convertido una mujer muy mala que había hecho toda especie de pecados. Se ha convertido por la oración ¡Oh Virgen y Madre de Dios!, etc., que decimos después del sermón; no obstante su mala vida, todos los días la rezaba, y finalmente la Virgen Santísima le ha tocado el corazón y ha hecho una buena confesión general; jamás se había confesado bien. Con reserva diré que había hecho toda suerte de pecados; singularmente de torpeza había pecado muchísimo consigo misma, con mujeres, con hombres solteros, viudos y casados, con su mismo padre, con su mismo hijo, con animales y de todas maneras; había envenenado a su marido, había intentado el suicidarse muchas veces y nunca pudo acabarse de matar; por más que lo procuraba, quedaba semimuerta y la curaban. Había llamado al demonio muchas veces y se había entregado a él para que se la llevara, etc., etc.; y por esta pequeña devoción que rezaba a María Sma. todos los días, el Señor la preservó; y finalmente el Señor la ha convertido. ¡Oh cuán misericordiosa es María Sma.! Esta conversión ha sido durante la Novena del Inmaculado Corazón de María del año 1865.

Fuente: claret.org