Juan Pablo II: Resistir los caminos de violencia

Roger Limachi 

 

Resistir ... a quienes os invitan a abandonar vuestra fe o la iglesia en que os hicisteis cristianos; ... a quienes os invitan al materialismo teórico o práctico; ... a quién os muestran caminos de violencia; ... a quién practica la injusticia o no respeta el derecho de los otros.
Juan Pablo II vino al Perú en dos ocasiones. La primera vez fue en 1981 y la segunda en 1985; hace 22 y 18 años respectivamente, entusiasmó, dio esperanza y nos dejó extraordinarios mensajes de amor, esperanza, paz y fe.

El año 1985, al despedirse, nos dijo "Mi viaje concluye ahora. Quiera Dios que marque un atisbo de primavera y que comience aquí la germinación de nuevos frutos de fe y de vivencia en el obrar de cada día. Estos eran los objetivos de mi venida".

Luego Su Santidad agregó "Yo quería invitaros, antes de dejar vuestro suelo, ha hacer de la cruz de la Pasión el símbolo de vuestra fidelidad a Cristo y al hombre por Él. Frente a quienes os invitan a abandonar vuestra fe o la iglesia en que os hicisteis cristianos; frente a quienes os invitan al materialismo teórico o práctico; frente a quién os muestran caminos de violencia; frente a quién practica la injusticia o no respeta el derecho de los otros.”

Para favorecer estos objetivos ha venido el Papa al Perú. Desde aquí o desde lejos, él continua esperando nuestra respuesta. Y con la ternura y el cariño de un verdadero amigo nos bendijo cordialmente a todos los peruanos.

Hay 3 aspectos fundamentales contenidos en las palabras del Papa, que creo debemos tomar en serio, reflexionar y actuar:

1) Que comience la germinación de nuevos frutos de fe.

2) Hacer de la cruz de la Pasión el símbolo de la fidelidad a Cristo y al hombre por Él.

3) Resistir al materialismo y los caminos de violencia e injusticia.

Es verdad, sólo trabajando activamente sin cansancio, hablando y oyendo se podrá construir un Perú en el que comience la germinación de nuevos frutos de fe y de vivencia en el obrar de cada día, que nos lleve a la paz y a la construcción de la civilización del amor y al anhelado desarrollo integral y sostenido. Sólo mediante un pacto implícito en el que plasmemos nuestra identidad cristiana y aquellos aspectos esenciales en los que coincidimos, podremos tener la base para un país con futuro.

El materialismo imperante, en una sociedad crecientemente secularizada, promueve graves males sociales como la violencia, la injusticia y la mentira. Combatir estos males, exige superar la mediocridad aceptando con valentía el desafío de tomar la cruz de la Pasión de Cristo, afirmando la verdad, aunque esta este en contra de las opiniones impuestas por las prepotentes "mayorías"

La violencia (común, política, terrorista, juvenil) parece haber logrado "derecho" de existencia en la sociedad, hasta el punto que hay quien la "justifica" y asume su defensa encubierta, con pretextos insólitos como la supuesta defensa de los derechos humanos o la modernidad.

Esto hace que el llamado a resistir los caminos de violencia e injusticia exija entrega heroica en defensa de la verdad y la vida, siguiendo el ejemplo de los mártires del cristianismo de todos los tiempos. Si esto se da, nuestra patria tendrá el lugar que por su cultura e historia le corresponde en América y en el mundo. Cumplirá con su vocación intuida por el Papa y los grandes hombres y mujeres que ha tenido nuestro país.

La estadía de Juan Pablo II en el Perú, en las dos ocasiones, fue una fiesta en la que los peruanos olvidamos por momentos las penurias económicas, el azote del terrorismo marxista, problemas y divisiones.

El pueblo católico mostró una vez más su amor al jefe de la Iglesia católica. Se demostró que la sociedad peruana está dispuesta a seguir a un líder cuando éste es consistente y congruente.

Que Dios bendiga al Perú, que proteja a todos, también a los que lo niegan o combaten, que en fin también son criaturas del Señor.


Publicado en Internet, en la página Web: punoperu.es.vg

Fuente: periodismocatolico.com