María, inspiración de extraordinaria vocación: Karol Wojtyla

Flor Guzmán Rodríguez

 

En la primavera de 1942 Karol consumía todas las tardes libres de compromiso teatral en largas sentadas solitarias ante una virgen auxiliadora que preside un altar de la parroquia salesiana. Allí había ido madurando una vocación. 

Inumerables fuentes biográficas de Su Santidad Juan Pablo II han descrito el momento más trascendental para el entonces Cardenal Karol Wojtyla, quien en punto de las 18:18 horas del 16 de octubre conoció la resolución de los cardenales electores después de la segunda votación del segundo día del segundo cónclave de 1978. Enseguida salió humo blanco de la pequeña chimenea de la Capilla Sixtina, indicando con ello que se había elegido ya a un nuevo Romano Pontífice. Minutos más tarde, el Cardenal Pericle Felici apareció en la logia central de la Basílica de San Pedro y anunció la elección de Juan Pablo II a la Sede de Pedro con las palabras: “Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam Carolum Wojtyla, qui sibi nomen imposuit Ioannem Paulum II”. 

Luego de una hora, el nuevo Pontífice, revestido con el tradicional blanco papal, apareció en el mismo balcón y dijo en italiano las palabras ahora familiares a decenas de millones de personas en todo el mundo: “¡Alabado sea Jesucristo!”, y continuó: “Queridos hermanos y hermanas, todos estamos aún entristecidos por la muerte del querido Papa Juan Pablo I. Y ahora los eminentísimos cardenales han llamado a un nuevo obispo de Roma. Lo han llamado de un país lejano... Lejano, pero siempre muy cercano por la comunión en la fe y en la tradición cristiana. He tenido miedo al recibir este nombramiento, pero lo he hecho con espíritu de obediencia a Nuestro Señor y con confianza total en su Madre, la Virgen Santísima”. 

Así iniciaba la historia de un extraordinario Pontificado que duraría 26 años y cinco meses, uno de los tres más largos en la vida de la Iglesia. Karol Wojtyla, inspirado en María, la madre del Salvador, descubre su vocación en medio de un clima espiritual y heroico de la resistencia polaca. 

Su madre, principio de fe 

Quien en gran medida influyó en la vida del futuro Papa, fue la madre de Karol, Emilia, pues a tempranísima edad sembró en él la semilla de la fe y el amor a María, la madre de Dios, respondiendo con firmeza posteriormente a su vocación en el sacerdocio y a todo lo que la Providencia le iba poniendo en el camino. 

Algunos biógrafos señalan que en el momento del nacimiento, la madre pidió a la partera que abriera la ventana para que los primeros sonidos que oyera el recién nacido fueran los cánticos en honor a María, madre de Dios. Así lo hizo y de pronto, el pequeño dormitorio se inundó de luz y del sonido de las vísperas de mayo en honor de la Santísima Virgen, desde la Iglesia de Nuestra Señora, precisamente en el mes de María. Fue así como los primeros sonidos escuchados por el futuro papa Juan Pablo II fueron los himnos a María entonados en la Iglesia parroquial justo en frente del lugar donde nació, un humilde piso propiedad de unos judíos en la población de Wadeowice, en Galitzia. 

Su primera educación cristiana Karol la debe también a Emilia, de quien aprendió pronto a hacer la señal de la cruz y leía a menudo la Biblia. 

Sus primeros sacramentos 

Al poco tiempo, Karol fue bautizado el 20 de junio de 1920 por P. Franciszek Zak, capellán del ejército polaco. El 13 de abril de 1929 Emilia fue trasladada al hospital y Lolek recibió con brusquedad la muerte de su madre. Dado el amor que Lolek tenía hacia su madre, Juan Pablo II resalta que las madres dan la vida por sus hijos. A los 9 años hizo la Primera Comunión y a los 17 recibió la Confirmación. Terminados los estudios de enseñanza media en la escuela Martin Wadowita de Wadowice, a los 18 años, Karol y su padre abandonaron Wadowice y marcharon a Cracovia, ahí se matriculó en la Universidad Jagellónica de Cracovia iniciando la licenciatura en Lengua y Literatura polacas, y en una escuela de teatro. Solía charlar con un sacerdote, Figlewicz, con frecuencia. El primer viernes de cada mes se confesaba. 

Descubrimiento y desarrollo de su vocación 

Dada su gran inquietud por el teatro y las artes literarias polacas, cuando aún estaba en el colegio Karol Wojtyla pensaba seriamente en la posibilidad de continuar estudios de filología y lingüística polaca, pero un encuentro con el Cardenal Sapieha durante una visita pastoral, le hizo considerar seriamente la posibilidad de seguir la vocación que tenía impresa -entonces aún sin develarse plenamente- en el corazón: el sacerdocio. 

Al desatarse la segunda guerra mundial los alemanes cerraron todas las Universidades de Polonia con el objetivo de invadir no sólo el territorio sino también la cultura polaca. Frente a esta situación Karol Wojtyla con un grupo de jóvenes organizaron una Universidad clandestina en donde estudió filosofía, idiomas y literatura. Poco antes de decidir su ingreso al Seminario, el joven Karol tuvo que trabajar arduamente como obrero en una cantera. 

Una tarde, al llegar Karol del trabajo, encontró a su padre muerto: El señor Wojtyla había partido silenciosamente y Karol se lamentó: “Me ha ocurrido por tres veces una gran tristeza. Todos ellos, mi madre, mi hermano, mi padre, se fueron de este mundo sin que yo tuviera el consuelo de acompañarles en el último instante”. 

En febrero de 1940, había conocido a un hombre que haría una profunda diferencia en su vida espiritual. Jan Tryanowski era un sastre que tenía un conocimiento muy profundo de la espiritualidad de Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz. Él introdujo a su joven aprendiz en el pensamiento de estos autores carmelitas, ubicándolo en un camino espiritual más profundo. 

Los amigos del círculo Tyranowski habían notado que en la primavera de 1942 Karol consumía todas las tardes libres de compromiso teatral en largas sentadas solitarias ante una virgen auxiliadora que preside un altar de la parroquia salesiana. Allí había ido madurando una vocación. La hizo pública el propio Karol a sus amigos del "Rapsódico " cuando preparaban un estreno: Que dieran su papel a otro porque quizá él no podría acudir siempre a los ensayos. La vocación de Karol surgió pues, en el clima espiritual y heroico de la resistencia polaca. 

Camino al sacerdocio 

El camino del seminarista Wojtyla hacia el sacerdocio incluía todas las etapas exigidas bajo la disciplina de la Iglesia antes del Concilio Vaticano Segundo. El 9 de septiembre de 1944, fue tonsurado, es decir, se le cortó un círculo de cabello de la corona de su cabeza para mostrar que él era ahora un clérigo. El 17 de diciembre de aquél año, recibió las primeras dos órdenes menores, porter y lector. El siguiente año, el 12 de diciembre de 1945, recibió las otras dos órdenes menores, exorcista y acólito. Finalmente en 1946 completó sus estudios y la recepción de las órdenes, con el subdiaconado el 13 de octubre, el diaconato el 20 de octubre y el sacerdocio el 1 de noviembre, Solemnidad de Todos los Santos. Su ordenación sacerdotal fue presidida por el Cardenal Adam Sapieha en su capilla privada del Seminario Mayor de Cracovia. Celebró su primera Misa en la Cripta de San Leonardo en la Catedral de Wavel. 

Profesor universitario y Obispo auxiliar 

Al poco tiempo obtuvo la licenciatura de Teología en la Universidad Pontificia de Roma Angelicum y más adelante se doctoró en Filosofía. Durante algún tiempo se desempeñó como profesor de Ética en la Universidad Católica de Dublin y en la Universidad Estatal de Cracovia, donde interactuó con importantes representantes del pensamiento católico polaco, especialmente de la vertiente conocida como “tomismo lublinense”. 

El 23 de setiembre de 1958 fue consagrado Obispo Auxiliar del Administrador Apostólico de Cracovia, Monseñor Baziak, convirtiéndose en el miembro más joven del episcopado polaco. Asistió al Concilio Vaticano II, 11 de octubre de 1962, inaugurado por Juan XXIII, donde participó activamente, especialmente en las comisiones responsables de elaborar la Constitución Dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium y la Constitución pastoral Gaudium et Spes. 

Durante estos años, el entonces Obispo Wojtyla combinaba la producción teológica con una intensa labor apostólica, especialmente con los jóvenes, con quienes compartía tanto momentos de reflexión y oración como espacios de distracción y aventura al aire libre. 

El 13 de enero de 1964 falleció Monseñor Baziak por lo que el obispo Wojtyla ocupa la sede de Cracovia como titular. Dos años después, el Papa Pablo VI convierte a Cracovia en Arquidiócesis. Durante su labor como Arzobispo, el futuro Papa se caracterizó por la integración de los laicos en las tareas pastorales, la promoción del apostolado juvenil y vocacional, la construcción de templos a pesar de la fuerte oposición del régimen comunista, la promoción humana y formación religiosa de los obreros y el aliento del pensamiento y las publicaciones católicas. 

Le eligen Cardenal 

En mayo de 1967, el Papa Pablo VI anunció el nombramiento de 27 nuevos cardenales. Entre los nombrados se encuentra el arzobispo de Cracovia, desde entonces, su eminencia el cardenal Wojtyla. Como cardenal Karol Wojtyla tendrá que hacer en adelante frecuentes viajes a Roma. 

La Providencia prepara el camino. Lo hará Papa. 

Para el otoño de 1969 Pablo VI había convocado un “Sínodo extraordinario” dedicado a tratar sobre las relaciones de la Santa Sede y de las Conferencias Episcopales. Roma va tejiendo su cerco en torno a Karol Wojtyla, o mejor, la Providencia está preparando el camino. Un buen día le llamaron del Vaticano, le encomendaban predicar los ejercicios espirituales del Papa. Otro día se le anuncia que entrada la noche del domingo 6 de agosto de 1978, Pablo VI ha muerto. Los cardenales del mundo son convocados a Cónclave. Hay que elegir Papa nuevo. Wojtyla regresa a Cracovia muy satisfecho porque han elegido al Patriarca de Venecia, Cardenal Albino Luciani, de 65 años, quien tomó el nombre de Juan Pablo I, el “Papa de la sonrisa”. Sin embargo, Juan Pablo I morirá a los 33 días de su nombramiento. Hay que elegir otro Papa nuevo. 

Cardenal Wojtyla elegido Papa 

El 16 de octubre de 1978, luego de un nuevo Cónclave, el Cardenal polaco Karol Wojtyla es elegido como el sucesor de San Pedro, rompiendo con la tradición de más de 400 años de elegir Papas de origen italiano. El 22 de octubre de 1978 fue investido como Sumo Pontífice asumiendo el nombre de Juan Pablo II.

Fuente:  Iglesia de Tijuana, México