“Por el Papa amigo, el Papa hermano” 

Xóchitl Zepeda León


El pasado viernes 8 de abril, en la Catedral de Guadalajara, se llevó a cabo una Concelebración Eucarística en la cual el Clero diocesano, religiosos y religiosas, laicos y fieles, agradecieron a Cristo por los más de 26 años de Pontificado de Juan Pablo II, quien «impulsó a todos a buscar con empeño y perseverancia nuestra propia santificación y la del mundo», señaló el Obispo Auxiliar de Guadalajara, Mons. José Trinidad González Rodríguez, quien presidió la celebración.

En un ambiente de intenso respeto, pero también de tristeza y melancolía, los asistentes reflexionaron sobre las palabras que durante su homilía pronunciara Mons. González Rodríguez, quien se refirió a Su Santidad como «el Papa amigo, el Papa hermano», que intercederá por el pueblo de México ante Dios Nuestro Señor.

También el prelado hizo referencia, ante los ojos llorosos de novicias, seminaristas y fieles, a las recomendaciones que el Papa dirigió a todos y cada uno de nosotros, seis meses antes de su muerte: A los sacerdotes, dijo Mons. González Rodríguez, nos invitó a celebrar cada día la Santa Misa con la alegría y el fervor de la primera vez; a los seminaristas, a experimentar las delicias del diálogo con Jesús-Eucaristía; a los religiosos los llamó a una contemplación más prolongada del Misterio y a ejercer la caridad; y, por último, a los fieles los invitó a descubrir en la Eucaristía una luz y una fuerza para la vida cotidiana en el mundo, y a vivir plenamente la misión de la familia.


Ejemplo, fe y esperanza

Asimismo, Mons. González Rodríguez hizo alusión a la Misa Exequial del Sumo Pontífice, como un claro ejemplo del reconocimiento del mundo a la acción y obras que Juan Pablo II llevó a cabo a lo largo de su Pontificado, y dejó en claro que «el Papa producirá mucho fruto, ya que la presencia de más de cinco millones de personas en su funeral, es una prueba de que Cristo será glorificado en el Papa, por su vida y con su muerte».

De igual forma recordó las palabras que el primer Papa polaco de la historia utilizara hasta el último día de su vida, y que marcaron siempre sus discursos y acciones, su devoción mariana: «Rosario bendito de María, dulce cadena que nos une a Dios, vínculo de amor que une a los ángeles, torres de salvación contra los asaltos del Infierno, puerto seguro, no te dejaremos jamás».

Fue con éstas y otras demostraciones como el Vicario de Cristo testimonió siempre que él se amparó «en el regazo de la Madre del Cielo»; por ello, consagró toda su vida a María, entrega que llevaría impresa, incluso, en el Totus tuus (Todo tuyo) de su escudo Papal.

Vayan por el mundo

El Clero diocesano de Guadalajara escuchó atento las palabras de Mons. González Rodríguez, quien les recordó el mandato que Jesús Resucitado dio a sus Apóstoles: «Vayan por el mundo y prediquen mi Evangelio a toda la Humanidad»; acción que, reiteró el prelado, realizó a la perfección el Sucesor de San Pedro, quien a través de sus viajes pontificios recorrió el mundo llevando la Buena Nueva, la Palabra del Señor.

Tras la homilía, se dio a conocer un mensaje que, desde Roma, hizo llegar el Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, Arzobispo de Guadalajara, en el que exhorta a todos los fieles, a las parroquias, Seminarios y conventos, a realizar el novenario por el descanso eterno del Santo Padre y la celebración de Horas Santas, así como elevar oraciones para que el Espíritu Santo ilumine a los cardenales durante la elección del nuevo Vicario de Cristo, que tendrá lugar a partir del lunes 18 de abril en la Ciudad Eterna.

Al término de la Concelebración Eucarística, numerosos fieles se acercaron al altar que se montó especialmente para esta Misa en el presbiterio de la Catedral, y en el cual se colocó una fotografía de Su Santidad, la silla Papal, el cáliz y el incensario que utilizó durante su visita a la Basílica de Zapopan, el 30 de enero de 1979.

Fuente: Semanario, Arquidiócesis de Guadalajara. México