Juan Pablo II en la castellana

Padre Miguel Rivilla San Martín 

Merece toda consideración y es de alabar la iniciativa que se está llevando a cabo de erigir una estatua del Papa Juan Pablo II en el Pº de la Castellana de Madrid.
No dudo que será del agrado de la mayoría de madrileños ver levantada en su ciudad la efigie del Papa que les visitó dos veces y que tan gratos recuerdos dejó en todos. 
Acierto indiscutible ha sido encargar dicho monumento al insigne y acreditado escultor Juan Ávalos, que inmortalizó la singular obra del Valle de los Caídos.
Desconozco la financiación del proyecto y quienes lo han encargado. 
Lo que debiera estar claro es que dicha obra que embellecerá La Castellana y servirá para feliz memoria del gran Papa Juan Pablo II, fuese financiada, en gran parte o en su totalidad, por SUSCRIPCIÓN POPULAR con el fin de que nadie se atribuyese el mérito, sino exclusivamente fuese del pueblo de Madrid en general.
El mejor homenaje al Papa desaparecido debería ser poner en el corazón de los madrileños su enseñanza papal y tratar de vivirla con coherencia.