Catequesis entrañables (Juan Pablo I)

Padre Justo López Melús

 

Las catequesis de Juan Pablo I eran sencillas y entrañables, al alcance de todos. Con mucha frecuencia trataba en ellas el tema de la familia, tema siempre antiguo y siempre nuevo, y de gran trascendencia para la sociedad. Contaba el Papa que una vez había dicho en broma, citando a Montaigne: «El matrimonio es como una jaula: los que están fuera se esfuerzan por entrar, y los que están dentro, por salir. Entonces un señor me dijo: 'Después de 60 años mi esposa y yo estamos unidos como el primer día y cada día nos queremos más'. Hoy te quiero más que ayer, pero menos que mañana».

En otra ocasión recordaba una anécdota del P. Lacordaire, famoso predicador dominico. Era amigo de Federico Ozanam, escritor católico muy combativo, y soñaba con atraerlo al sacerdocio. Pero entonces, comentaba el Papa con una chispa de picardía, Ozanam se encontró con una bella señorita y se casó. El P. Lacordaire no pudo disimular su frustración y sentenció: «Ozanam ha caído en una trampa». Fue gracioso el comentario del papa Pío IX: «Yo creía que los sacramentos eran 7, y no 6 más una trampa».

En una homilía refería el Papa su conversación con una mujer de vida licenciosa, que estaba desesperada y no tenía fuerzas para seguir viviendo: «¿Puedo preguntarle cuántos años tiene?». Ella contestó: «35». El Papa insistió: «¿35? Puede usted vivir 50 o 60 años más y hacer mucho bien. No piense en el pasado, programe el futuro, renueve su vida». San Francisco de Sales habla de nuestras queridas imperfecciones. Dios no las quiere y a la vez las ama. El Señor ama tanto la humildad que, a veces, permite pecados para que nos humillemos, seamos comprensivos con los pecadores y demos ocasión al Señor de ejercer su misericordia paternal.

Animaba a un grupo de jóvenes sobre la importancia de prepararse para el futuro. Les contaba que el famoso militar Wellington visitó la academia donde había estudiado y les dijo a los alumnos: «Aquí gané a Napoleón la batalla de Waterloo». Al recitar el Ángelus, Juan Pablo I pronunció una expresión novedosa y plenamente bíblica: «Dios es Padre; más todavía, es Madre».

Fuente: elobservadoremlinea.com