Escudo pontificio de Juan Pablo II

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Otro signo del amor filial del Santo Padre Juan Pablo II a Santa María  es su escudo pontificio: sobre un fondo azul, una cruz amarilla, y bajo el 
madero horizontal derecho, una "M", también amarilla, representando a la Madre que estaba "al pie de la cruz", donde -a decir de San Pablo- en Cristo estaba Dios reconciliando el mundo consigo. En su sorprendente sencillez, su escudo es, pues, una clara expresión de la importancia que el Santo Padre le reconoce a Santa María como eminente cooperadora en la obra de la reconciliación realizada por su Hijo.

Su escudo se alza ante todos como una perenne y silente profesión de un amor tierno y filial hacia la Madre del Redentor, y a la vez, es una constante
invitación a todos los hijos de la Iglesia para que reconozcamos su papel de cooperadora en la obra de la reconciliación, así como su dinámica función
maternal para con cada uno de nosotros.

Fuente: catholic.net