En memoria de Juan Pablo II. Perdimos un Papa... Ganamos un santo 

Xóchitl Zepeda León

 

Antes de partir a la Ciudad Eterna, donde participó en las exequias de Juan Pablo II y donde será partícipe del Cónclave para elegir al nuevo Papa, el pasado domingo 3 de abril, el Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, Arzobispo de Guadalajara, presidió una Celebración Eucarística en memoria de Su Santidad, durante la cual rogó por su eterno descanso y pidió la oración de todos los fieles, para que el Espíritu Santo ilumine a los cardenales del mundo, al elegir a la nueva cabeza visible de la Iglesia Católica, que representa a Cristo en la Tierra y sea éste quien llame a la unidad del pueblo cristiano.

En el marco del día de la Divina Misericordia, celebrado el segundo domingo de la Pascua, el purpurado tapatío reseñó que el Papa Juan Pablo II fue un hombre de paz que «supo dialogar con las más dispares ideologías y tendencias, de forma positiva»; diálogos en los que imperó siempre una gran misericordia y comprensión, que lo llevó a constituirse como un ejemplo luminoso de fe, humildad, amor y bondad.

Tras estas palabras, no fueron pocos los fieles que dejaron correr lágrimas de sus ojos y señales de dolor en el rostro, mostrando, una vez más, el gran cariño que el pueblo jalisciense siente por el Papa viajero, por el Papa que prometió dejar su corazón, eternamente, entre el pueblo de México que, tras el fallecimiento del Sumo Pontífice, se postró en la Catedral Metropolitana, en una honda y profunda oración por su eterno descanso.

Decisiones celestiales


Durante la homilía, el Cardenal Sandoval insistió que aunque haya especulaciones sobre el nombre del sucesor del Vicario de Cristo, los cardenales reunidos en Cónclave «elegirán desinteresadamente al nuevo Pontífice».

«Lo harán a la luz de Dios y bajo la moción del Espíritu Santo, y lo que todos desean es votar acertadamente por aquél que Dios ya tiene elegido, puesto que una vez que sea dado a conocer el nombre, todos lo hemos de recibir con gran fe, ya que no es la persona humana lo que vale, sino lo que representa: A Cristo Nuestro Señor, cabeza invisible de la Iglesia», puntualizó el purpurado tapatío.

No obstante, llamó a los feligreses para que cuando sea elegido el nuevo Papa lo reciban con profunda fe y ofrezcan toda su ayuda posible para que pueda desempeñar el cargo debidamente.

Al concluir la Celebración Eucarística, el Cardenal Juan Sandoval señaló en entrevista, que esa frase, ya muy popular en nuestra ciudad: «‘Perdimos un Papa, pero ganamos un santo’, se escucha muy bien, y esperemos en Dios que continúe intercediendo por nosotros como santo», resaltó.

Asimismo agregó que, desde el punto de vista político, el papel desempeñado por el Papa Juan Pablo II siempre estuvo relacionado con la distensión, puesto que hizo posible «un diálogo abierto y profundo con los jefes del mundo, logrando grandes transformaciones, como la caída del Muro de Berlín sin que existiera derramamiento de sangre».

A pregunta expresa sobre la trascendencia personal que tendrá su participación en la elección del próximo Sumo Pontífice, el arzobispo tapatío dijo que «la experiencia que vivirá en Roma, será una de las más importantes en su vida».

Fuente: Semanario, Arquidócesis de Guadalajara, México