Juan Pablo II, el Grande y Santo.

En memoria del Santo Padre Juan Pablo II.

Diego Quiñones Estévez


Juan Pablo II el Grande,
el Papa Magno de Dios en la Historia,
nuestro Santo Papa de Cristo en el Mundo,
tu gran muerte no es el fin de todo,
es principio de tu resurrección
y de la nuestra, por siempre, en Cristo.
Te lloramos y rezamos 
como fiel Padre nuestro en la Tierra,
pues tu muerte, también es la nuestra.

Vuelves, como buen hijo, con tu obra de amor,
a la Casa de la Eternidad, 
muy junto a la Trinidad Santísima.
Te recordaremos por Cristo y su Iglesia,
en todas las ciudades de la Tierra,
por donde viajaste con el Evangelio
de la Paz, la Verdad y la Misericordia.

En tu santa agonía, con tu santo dolor,
a amar la vida hemos aprendido,
y a conocer el inmenso esplendor de Dios-Padre.
Por fin, las puertas de Cristo se abren,
y te recibe y abraza en la Gloria,
plenitud segura de todos aquellos 
que amamos la vida sin muros de muerte y de terror,
abiertos para siempre a la esperanza
de una Tierra más humana en Dios.