Homenaje a Juan Pablo II

Padre Juan Manuel del Río C.Ss.R.


De un Hijo fuiste la Madre, feliz y tan bien amada:
Jesús, que nació en Belén, Nazareno lo llamaban.

Al pie mismo de la cruz, a Juan te lo encomendaba
y al encargarte de Juan tu humanidad se agrandaba.

Luego llegaron más Juanes, uno acabó siendo Papa,
nacido en la actual Polonia, por Juan Pablo lo aclamaban.

Fue tanto su amor y entrega y sembró tanta esperanza
que el día que se fue al Padre todo el mundo lo lloraba.

No cupo en Roma la gente ni en la Vaticana plaza,
y tanto amor le tenían que por santo lo aclamaban.

Eran miles de millones los hombres de toda raza,
todos eran peregrinos del Papa de la esperanza.

Y este hijo de María, que con tanta fe rezaba
“Totus tuus ego sum”, por fin la Gloria alcanzaba.

Se nos fue Juan Pablo el Grande, el mártir de la esperanza,
se fue el Papa misionero, queda su memoria santa.

A Resurrección sabía el funeral en la plaza
del primer Papa san Pedro, la que llaman Vaticana.

Nunca jamás en la Historia ve vio marea tan alta
por un mar de multitudes en el funeral de un Papa.

Un Pentecostés de gente de toda nación y raza,
de religiones dispares, unidos en la esperanza.

Como un nuevo Apocalipsis, del templo ríos manaban
de santidad y de amor, de bendición y de gracia.

Tuvo la Virgen María, Santa y Bienaventurada,
un Jesús, y muchos Juanes, entre ellos, Juan Pablo el Papa.