Hijos espirituales
de San José
Padre
Antonio Díaz Tortajada
1.-
La vida de San José, unida directamente a la vida de Jesús y de
María, es un ejemplo de fe y de confianza plena en Dios, que le
ha valido el título de patrono de la iglesia universal.
Las
promesas hechas por Dios a David y sus descendientes llegan a través
de la mediación de san José, de la estirpe de David. Sin
embargo, José es el padre nutricio de Jesús; su paternidad va en
la línea adopcional, pero no es paternidad fisiológica. También
nosotros somos hijos de la promesa; por ello, somos hijos
espirituales de San José, quien, a su vez, es heredero de la
promesa hecha a su antepasado.
San
José es para nosotros un modelo de fe. La fe de Abrahán es la fe
que vive san José. Se fía de Dios, cree en Dios, cree lo que
Dios le revela y obedece a Dios.
2.-
San José es también modelo para nosotros en su estilo de vida.
Él un hombre sencillo, callado, que no busca la gloria ni los
laureles; es un hombre sencillo, que trabaja con martillo y maza
de carpintero en la mano; es alguien que no se hace ver y
permanece escondido; no suele ser un gran protagonista en los
acontecimientos donde actúa; casi siempre aparece en segundo
lugar.
Este
hombre, totalmente "hombre de fe", acepta su misión con
sencillez evangélica; no desea presumir ni alardear; no quiere
estar en el candelero. Este estilo suyo es gran una lección para
todo cristiano y para cada uno de nosotros.
3.-
La tentación que podemos tener todos es la de querer figurar; la
de querer estar en lugar preferente; la de ocupar sitios
relevantes. No me refiero a los que, de hecho, ocupan cargos en la
vida eclesial o social; el que desempeña un cargo de este tipo no
puede evitar ser visto o negarse a estar presente, cuando las
circunstancias lo reclaman. No es fácil saber estar, sin ser
protagonista. A nosotros nos cuesta muchas veces saber estar,
porque nos gusta ser protagonistas.
San
José es un modelo de sencillez y de humildad, porque "sabe
estar". Supo estar en su lugar, aunque no le resultara nada fácil.
Sabe ser el prometido de María; sabe ser el padre nutricio del
Hijo de Dios; sabe estar de manera callada y sencilla; esto algo
que más admiramos de san José. Él vivió al lado de María, la
Virgen y con Ella supo afrontar las pruebas, los sufrimientos y
las dificultades de la vida.
4.-
Dios le confía los primeros misterios de la salvación, los
misterios de la nueva alianza. San José es el único patriarca
del nuevo testamento; a este gran patriarca Dios le confía los
primeros misterios; le confía la custodia de su Hijo.
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