Y José también dijo que sí 

Hada María Morales

 

Ciertamente el sí de María es un ejemplo digno de seguir, máxime viniendo de una joven que sin hacer preguntas sólo dijo, "Hágase en mi según tu Palabra". 

Cuando medito sobre este acto de obediencia y valentía en un mundo donde la mujer no era apreciada y corría el riesgo de ser apedreada y menospreciada, pienso también en la situación dificil que José, su esposo, tuvo que enfrentar. 

En Mateo 1:19 se nos dice que José era un hombre justo y que no quería infamar a María. Para no hacerle daño quiso dejarla secretamente. ¡Sabrá Dios cuántas cosas pasaron por su cabeza! El también, en aquella sociedad saturada de costumbres férreas y legalismos asfixiantes, tenía que enfrentar la confusa situación de estar esposado con María y que antes de unirse a ella ésta había concebido por el Espíritu Santo. 

Me atrevo a decir que a José no le era posible entender este gran aconteciemiento con su mente humana. Es ahí cuando el Señor, quien todo lo hace perfecto, entra en escena y le envía un ángel en sueños. Lo podemos ver en Mt. 1:2021 y en el versículo 24 del mismo capítulo ocurre algo maravilloso: "y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado y recibió a su mujer". José obedece, hace lo que el Señor, a través del ángel, le había mandado y recibe a María. 

El sí de José y la sumisión al Señor se mantienen firmes para que se cumpliese la profecía: "He aquí que una virgen concebirá y dará a luz un hijo y llamarás su nombre Jesús". A través de los evangelios de Mateo y Lucas lo podemos ver siempre obediente, siguiendo la dirección del Señor yendo a Belén, huyendo a Egipto, regresando a Nazaret y en todo tiempo haciendo la voluntad del Padre quien había puesto sus ojos en él para ser el padre terrenal del Salvador del mundo. 

Vemos a José y María siempre expuestos a dificultades pero su obediencia a Dios es más importante para ellos. Tanto María como José dan muestras de un sí que no mira las circunstancias, ese mismo sí que nosotros como hijos de Dios deberíamos declarar cuando nuestro Padre Celestial nos llama. 

La magnitud del sí de estos dos seres tan especiales no podría compararse con lo que nosotros podamos darle al Señor, pero el Señor nos dice: "en lo poco has sido fiel, en lo mucho te pondré". Ahí está la promesa para aquellos que dicen sí a lo que el Señor demanda de sus vidas. 

Querido padre de familia: te invito a que tomes un poquito de tu tiempo y vayas a las escrituras y medites en este sí de José, un padre que ante todo supo enfrentar y asumir con obediencia, valor y dignidad el llamado de Dios. 

¿Has analizado cuál es tu llamado? El Señor necesita hombres capaces de enfrentar el reto de vivir una vida en santidad. Busca apaciblemente en oración el rostro de tu Salvador y pídele que guíe tu espíritu y te conceda la gracia de pronunciar en tu propia vida el sí de José. 

Fuente: voacatolica.org